La comunicación entre nosotros tiene una amplia variedad de formas y medios, es un mecanismo vital que va desde la transmisión de información hasta la expresión de emociones, ideas y experiencias. Es el hilo conductor de nuestra existencia, desempeñando un papel estelar en el desarrollo personal, social y cultural de los seres humanos.
La comunicación nos da el poder de planificar, coordinar y colaborar en equipo para alcanzar objetivos épicos. Pero aquí está el truco para tener alto nivel en el juego de la consecución de objetivos: necesitas la capacidad de difundir información de manera clara, pertinente y cercana a personas con diferentes perfiles y formas de pensar; es decir, ¡adquirir habilidades para llegar a más gente es la clave del éxito!
En esta era digital, el video es el "rockstar" del contenido, la estrella de la difusión con mayor probabilidad de impacto. Dominar este formato se transforma en el requisito básico para cualquier profesional que quiera generar impacto.
Antes de que existiera la escritura, nuestras ideas eran nómadas y perdidas en el viento del olvido porque no era posible almacenar información de forma duradera y comunicarse más allá de las barreras del tiempo y el espacio. Gracias a la invención de la escritura en civilizaciones como la Sumeria, alrededor de 3500 a.C. permitió que hoy podamos analizar y disfrutar obras épicas como La Odisea de Homero, o estudiar y aprender de ideas filosóficas en obras como La República de Platón. La escritura permitió romper las barreras del tiempo y el espacio pudiendo inmortalizar las ideas. Pero no te emociones demasiado, porque democratizar el acceso a ese conocimiento era un dolor de cabeza, ya que era toda réplica tenía que ser nuevamente escrita a mano hasta que, en el año 1.440, Gutenberg lanzó la imprenta, dando a luz a la revolución del libro.
La Biblia de Gutenberg fue como la primera gran obra impresa, transformando la difusión del conocimiento y facilitando la propagación de ideas durante la reforma protestante. Desde ese entonces existieron pocos cambios sobre los formatos de difusión de información hasta que a finales del siglo XIX los Hermanos Lumière nos sorprendieron con la invención del cinematógrafo, dando inicio al cine y la proyección de películas en movimiento; sin embargo, esta innovación no pudo ser democratizada para el público en general sino hasta finales del siglo XX e inicios del siglo XXI donde la digitalización permitió la reducción de los costos de producción de las herramientas para producir videos.
De forma paralela, la digitalización facilitó la democratización del uso de estas herramientas y redujo la complejidad para la producción, edición y postproducción de video, haciendo que sea una habilidad accesible para todas las personas. Ya era posible crear videos, pero aún faltaba democratizar el acceso a su difusión. Dado que los recursos aún eran escasos, los medios de comunicación tenían que priorizar el contenido a difundir, haciendo que la capacidad para difundir ideas y conocimiento sea limitada por el filtro de las editoras y productoras que restringían la posibilidad de que se difundan estas producciones en función del atractivo masivo que se estimaba que podrían tener.
En el año 2005 ocurre una nueva transformación con el nacimiento de Youtube que redefiniría completamente la forma de compartir el contenido, brindando el inicio de la democratización del acceso a difundir contenido, ideas y conocimiento. Desde el aparecimiento de Youtube ya no era necesario depender de editoras o productoras como intermediario para que el público pueda acceder contenido e ideas, sino que se tenía acceso libre para su difusión, siendo tú mismo el director de tu producción, cosa que después fue adoptado por otras plataformas de redes sociales, haciendo que la difusión masiva sea posible. El video tiene un elemento diferenciador del resto de formatos de comunicación, ya que el video puede transmitir emociones, ideas, experiencias y conocimiento sin la necesidad de una preparación previa por parte del receptor, lo que no sucede igual en el caso de la escritura. Si una persona no sabe leer, no podrá consumir el contenido de un texto, pero si podría entender un video.
La información que se difunde a través de video ha incorporado progresivamente más variedad, transformando a los documentales y video-ensayos desde el año 2010 en herramientas cruciales para la exposición y difusión de problemas sociales, políticos y medioambientales. Obras como “An inconvenient truth” de Al Gore o “El dilema de las redes sociales” de Jeff Orlowski han demostrado la capacidad de los videos para influir en la opinión pública y fomentar el cambio.
En la actualidad el formato de video corto está teniendo un gran impacto ya que, permite exponer una idea en un tiempo muy corto y que gracias a la aparición de TikTok como una de las plataformas de gran difusión de este tipo de contenido ha sido adoptado de forma masiva por el público con gran aceptación.
La era digital ha traído cambios sustanciales en la forma de difundir información, del otro lado, por su facilidad para recibir la información, el formato de video que erige como el formato de mayor aceptación por parte del público. Anteriormente se consideraba la alfabetización de la lectura y escritura como un requisito básico que permitía el desarrollo de las personas, sin embargo, en la actualidad el nombre antiguo dado a la alfabetización ya no es suficiente. Dado los cambios en la aceptación y difusión de formatos, se vuelve trascendental incluir en este concepto de alfabetización a la grabación, edición, producción y publicación de videos en plataformas digitales. Esta es una nueva habilidad que se vuelve crucial para profesionales de todas las disciplinas, ya que no es sino a través de este formato que se puede conseguir un mayor nivel de alcance y difusión del conocimiento.
Bienvenido a la era digital, bienvenido a la creación de video como la nueva alfabetización.