Todavía son muchos los retos a los que las empresas se enfrentan para aprovechar el Big Data

Las empresas han mejorado notablemente en la captación de datos, aunque todavía tienen problemas a la hora de relacionar dicha información con los perfiles concretos de los clientes, y todavía peor, cuando se trata de anticiparse al comportamiento de compra de sus clientes.

Según muestran los datos de Neustar y DigiDay, el 77% de los profesionales de marketing reconoció que ha mejorado notablemente en la tarea de almacenar los datos de sus clientes. Asimismo, el 57% afirma que, aunque esta captación es más efectiva que el año anterior, todavía a la mitad de ellos les resulta difícil atribuir dicha información a los clientes, mientras que un tercio confiesa sus limitaciones a la hora de predecir los hábitos de compra de sus clientes.

De otra parte, la calidad en la recopilación de esta información tampoco es todo lo buena que cabría esperar. El 48% de los participantes en el estudio lamenta que sus datos no son del todo útiles para aplicar con éxito a su estrategia.

A pesar de que la mitad de los encuestados ha mejorado notablemente en la cantidad y calidad de los datos recogidos, todavía se conforman con la aplicación de los datos más básicos. De este modo, el 74% utiliza la localización a la hora de diseñar sus acciones, mientras que un 73% tiene en cuenta los aspectos demográficos. En cambio, solo la mitad de estas empresa implementa la información relacionada con sus gustos y preferencias personales, así como valores o actitudes. Datos que contribuirían a mejorar notablemente la experiencia de usuario.

La revolución del Big Data se consolida, aunque todavía queda mucho por mejorar. El informe indica que el 25% de los profesionales que participaron en el estudio no es capaz de combinar la información recibida a partir de los diferentes canales; ni tampoco de aplicar dicha información de forma integrada.

Según sus conclusiones, el 86% de las empresas sospecha que estos datos pueden ser imprecisos e incluso erróneos. Un 44% considera que la pérdida de información, o el contar con datos incompletos dificulta mucho su labor. Por su parte, un 41% teme que los datos con los que ha de trabajar ya sean obsoletos.