Internet lo ha cambiado todo. Desde la forma en la que contratamos nuestras vacaciones, nos relacionamos con nuestros amigos, o incluso hacemos negocios. Internet es una herramienta, un instrumento que bien utilizado es increíblemente útil y poderoso. Nos da la capacidad de comunicarnos con personas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia, de expresarnos, encontrar nuestra audiencia más nicho y nos da la posibilidad de crear cosas que a veces incluso se escapan a nuestra imaginación.
Aún estamos en enero y muchos empresarios, empresas y responsables de marketing están trabajando estas fechas sobre cómo pueden dar ese cambio a su empresa para que logre sobrevivir a este cambio que ha supuesto Internet, cómo adaptarse o cómo hacer de este cambio algo destacable.
A veces es necesario encontrarse en una situación realmente comprometida para poder cambiar o poder darse cuenta de que es necesario moverse y adaptarse.
No voy a hablar del área de confort, aprendizaje y zona incómoda, para eso ya tenéis el siguiente estupendo vídeo que lo explica muy bien; sino de la necesidad de darse cuenta de qué o quiénes son esos agentes de cambio y de cómo adaptarse a estos cambios.
Para empezar los cambios pueden venir de dos sitios: de origen interno o externo. Los cambios de origen interno son los más sencillos de identificar, y a veces los más complicados de abordar.
Estos cambios internos pueden ser a una escala individual u organizacional. Si son cambios internos de la organización estos pueden ser el mal estar de los empleados, una modificación del rendimiento de los trabajadores o incluso la marcha de algún miembro del equipo.
Los cambios internos del individuo suelen tener mucho que ver con las motivaciones y las aspiraciones. La especie humana no somos ficus, y tenemos derecho a cambiar de opinión siempre que queramos, a querer descubrir nuevas cosas y en definitiva a movernos (ya sea de trabajo, o de puesto dentro de la organización). A veces estos cambios internos aparecen como una sencilla curiosidad hacia un nuevo proyecto, sector o estilo de vida, y a partir de ahí construimos nuestras motivaciones, deseos y metas: "¿a dónde queremos llegar?".
Al principio del párrafo anterior dije eso de que los cambios internos suelen ser los más complicados de atajar. Esto lo digo porque las ideas, tal y como comenta Nolan en Origen, entran en la mente de las personas, poco a poco van germinando y no paran hasta que no consiguen su objetivo. No conozco a ninguna persona que tenga ideas y que no persiga objetivos concretos.
Los cambios internos suelen requerir de un análisis bastante profundo de auto-crítica, y conocimiento de uno mismo. Para realizar este análisis es necesario conocer qué capacidades tiene tanto la organización como el individuo (recursos), y así poder conocer la capacidad real de cambio.
Por ejemplo, uno puede querer ser piloto de aviones, pero seguramente no disponga de la preparación física y psicológica que se requiere para este trabajo, o lo que le aleja aún más de esta meta: no dispone de la fortaleza para conseguir esa preparación física y psicológica que requiere el puesto.
El ejemplo en una empresa podría ser que la empresa identifica que tiene pérdidas (descubre su motivo de cambio, pero no su motivación y mucho menos las herramientas) y para ello necesita entenderse y entender su entorno para descubrir el agente de cambio, la motivación de ese cambio y los recursos necesarios para poder llevarlo a cabo.
Los cambios también pueden deberse a factores externos. Por ejemplo, una nueva tecnología disruptiva puede hacer que un modelo de negocio se quede obsoleto. En este caso remito al artículo que escribí hace unos meses sobre Uber, la App de movilidad que ha cambiado radicalmente el panorama de los taxis en todos los países en los que ha logrado entrar.
La tecnología me parece el mayor factor de cambio, después del marco legislativo que puede modificar el rumbo de una empresa. Digo esto porque se puede legislar en contra de un modelo de negocio, pero al final éste, si encuentra los recursos necesarios (y la tecnología) hará que ese modelo encuentre las vías necesarias para desarrollarse. Sin embargo, si no identificamos qué necesitamos, o los recursos tecnológicos que necesitamos, es muy difícil que una empresa prospere y mucho menos cambie de rumbo.
Por lo tanto el factor de cambio más importante de los últimos 100 años creo que ha sido Internet. Éste canal o herramienta ha visto cómo han surgido negocios millonarios gracias a él, y como imperios han caído debido a su uso. Por ejemplo, el sector musical se ha derrumbado por motivo a las descargas P2P, así como el cine ha sido muy perjudicado por la misma tecnología.
Sin embargo otros nuevos modelos como las búsquedas por Internet (caso de Google) o la comunicación interpersonal (Facebook) han nacido, crecido y madurado en esta tecnología hasta convertirse ellos mismos en agentes de cambio.
¿Son Google, Facebook, Instagram o Twitter agentes de cambio? Sí, lo son.
Los cambios externos además de los tecnológicos o legislativos pueden ser nuevos competidores dentro de nuestro segmento de mercado, un cambio en los consumidores, étc. Muchas veces estos dos últimos cambios, el de nuevos competidores y cambios de hábitos en los consumidores, se deben de nuevo a la tecnología.
Por ejemplo, en el caso de Uber entraron nuevos competidores que no se imaginaba el sector de los taxis que tendría debido a una nueva aplicación. AirBnB es otro gran ejemplo de modelo de negocio disruptor que ha entrado gracias a Internet y que ha modificado por completo un mercado, el del sector hotelero. eBay en su día también creó su propio cambio y afectó en gran medida a las tiendas de compra-venta de artículos de segunda mano.
El agente de cambio externo más poderoso que conocemos es Internet. Si la organización, y a esto me refiero tanto a la empresa como al individuo, tiene la capacidad de reconocerlo y no solo de adaptarse al cambio, sino de integrarlo como parte de su estructura; no solo sobrevivirá, sino que se verá reforzado.
Internet no ha venido para tumbar periódicos, sino que ha venido para poder difundir la información a más personas. No ha venido a derrocar a las discográficas, sino a ofrecer nuevas formas de descubrir música (Spotify cuenta con más de 15 millones de suscriptores Premium). No ha venido a hacer la competencia desleal contra los hoteles, sino a ser un aliado (Booking, o la nueva propuesta de la cadena hotelera Óscar).
Es nuestra responsabilidad, la de los profesionales del marketing, entender que nuestras organizaciones deben cambiar, adaptarse e integrarse correctamente a Internet. Por que a fin de cuentas, esto es orientarse al consumidor. Y este consumidor es el usuario digital.