No entraba realmente dentro de las previsiones de los expertos, pero con la presentación de Windows 10, la última versión del sistema operativo de Microsoft, la compañía desveló una cosa más. Se llama HoloLens y marca la entrada de la compañía en el terreno de la realidad aumentada.
La herramienta es, según explica Microsoft en su site, "la más avanzada plataforma de computación holográfica" y emplea el sistema operativo de la compañía. "Por primera vez, Microsoft HoloLens trae hologramas de alta definición a tu día a día, donde se integran con tus lugares físicos, espacios y cosas". El consumidor solo necesita ponerse unas gafas específicas para poder ver acceder a toda la información que ofrece la herramienta, que puede ser desde ver cómo sería la superficie de Marte hasta desplegar un recetario delante de los muebles de la cocina.
Los hologramas son tridimensionales, lo que los hace más ricos y más cercanos a la realidad, y se sitúan, como recuerdan en The Wall Street Journal, a medio camino entre la realidad aumentada y la realidad virtual. Y además el dispositivo es completamente independiente. Los consumidores no tendrán que estar unidos a ningún otro dispositivo para poder acceder a ese universo 3D y virtual.
La compañía ha estado trabajando en los últimos años (y de forma bastante secreta) en el desarrollo de este producto, en el que han participado algunos de los cerebros que han estado detrás de Kinect, el periférico de gaming que lanzó hace unos años bajo la idea de que "convertías tu cuerpo en el mando de juego" y que se convirtió en un gran éxito.
HoloLens llegará al mercado a finales de año, ya que según anunció en la presentación de Windows 10 Microsoft el dispositivo aterrizará entre los consumidores al mismo tiempo que la nueva versión del sistema operativo. Sin embargo, por el momento, no se sabe mucho más sobre las condiciones en las que Microsoft lo distribuirá. Por no saber no se sabe todavía el precio del producto.
Los competidores: Google o Facebook
El mundo de la realidad virtual y de los dispositivos que permiten acceder a ella no es, sin embargo, un terreno completamente baldío. Otras firmas han intentado lanzar productos o están trabajando en ello. Facebook, por ejemplo, es la propietaria de Oculus Rift, que es uno de los grandes jugadores de ese terreno y que tiene aún que entrar en el campo del consumo, y Google es la dueña de las muy analizadas Google Glass.
Las gafas de Google fueron unas de las primeras en hacer que todo el mundo se lanzase a hablar de la realidad aumentada, aunque lo cierto es que su dispositivo no ha tenido la suerte que se podría haber esperado, a pesar del entusiasmo de las marcas ante su presentación. El producto era especialmente caro y a pesar de un lanzamiento muy limitado (solo unos pocos expertos pudieron acceder al producto en un primer momento), no consiguió el éxito esperado. Google anunciaba recientemente un parón en el proyecto para poder relanzarlo de forma mejorada.
El problema de las Google Glass podría haber sido que los consumidores no sabían muy bien en qué usar el dispositivo (y no saber qué uso darle a un dispositivo que cuesta tanto dinero no es la mejor de las situaciones), aunque también podría haber pecado de falta de estrategia de negocio. Como apunta una analista en la CNN, Google habría pecado del crear el producto y esperar luego que los consumidores vinieran a él.
aplicaciones específicas.
Es demasiado naif - desde un punto de vista de consumidor - pensar que estos productos quedarán libres de anuncios, aunque sí es cierto que es más que probable que así sea durante sus primeros intentos por capturar al consumidor. Al fin y al cabo, estas herramientas suelen tener un precio de entrada muy alto (y nadie quiere pagar cantidades tan elevadas para verse asaltado por anuncios). Pero que esto se mantenga así en el futuro sería demasiado arriesgado - desde el punto de vista de las marcas - ya que estas herramientas ofrecen posibilidades muy completas y variadas.