Por Redacción - 4 Marzo 2015
Hace unos años, y posiblemente por el éxito que el diseño de Pinterest tuvo (una web en la que nunca se acababan los contenidos porque cuando se llegaba al que parecía el final volvían a cargarse nuevos contenidos), internet se llenó de webs que apostaban por el scroll infinito. Otras redes sociales, como Facebook o Twitter, también tenían esta funcionalidad, pero Pinterest fue posiblemente una de las que marcó de mayor manera las modas en diseño web de los últimos años.
Los contenidos eran interminables y nunca se agotaban, llegar al final parecía una apuesta arriesgada y lo que se miraba al principio enlazaba con lo que se miraba después y empujaba a un consumo eterno de contenidos. Los primeros en caer en esta moda fueron aquellos que intentaban copiar el éxito de recepción que tuvo en su momento Pinterest, pero lo cierto es que la moda del scroll infinito no se quedó simplemente ahí. Salió a la conquista de toda web que se dejase conquistar.
Los beneficios de esta nueva funcionalidad parecían claros: el engagement del consumidor aumentaba, ya que seguían accediendo a contenidos casi sin darse cuenta; la respuesta en dispositivos móviles era mejor, ya que no tenían que andar dando clic en ningún botón de siguiente; o funcionaba mucho mejor tanto para la información en tiempo real, ya que es más fácil actualizar, como cuando lo que se ofrecen son grandes cantidades de datos, como señalan en artículo en Entrepreneur. Las ventajas dotaban de atractivo al diseño, lo que sumado a que era tendencia, lo hizo ubicuo en los rediseños de las webs de medio mundo.
Pero ¿era el scroll infinito la respuesta a todas las plegarias de los medios de comunicación? ¿Servía esta nueva moda para mejorar todos sus problemas y solucionar todas las cuestiones que necesitaban ser solucionadas? Lo cierto es que el scroll infinito no era - ni es milagroso - y también que algunos medios han empezado ya a condenarlo a la lista de cosas a evitar online.
La caída del scroll infinito
El scroll infinito, de entrada, ya tenía unos cuantos problemas que iban más allá de que algunos usuarios directamente odiasen esa propuesta. Como recuerdan en Entrepreneur, buscar contenidos específicos en una web con ese diseño es mucho más complicado que hacerlo en una con un diseño más tradicional (por así decirlo), tampoco se puede saltar información y además se pierde el footer. Pero además para poder crear una web con scroll infinito se necesita echar mano de JavaScript, lo que no siempre resulta lo mejor cuando se piensa en cómo recibirá Google una web.
Además, a los consumidores les gusta el orden y poder jerarquizar lo que ven. El scroll infinito da esa sensación de infinito en la información que no siempre es lo más confortable cuando se está navegando online. Etsy, por ejemplo, el popular site de ecommerce, probó a implementar el scroll infinito en la web, pero vio que conseguían menos clics y que la calidad de uso para sus consumidores caía, así que volvió a sus métodos anteriores.
Pero posiblemente lo que pueda marcar la caída de la moda del scroll infinito no sean estos puntos negativos, sino más bien la realidad de que los medios de comunicación online han empezado a cansarse de él. Los medios de comunicación, que aseguraban hasta ahora que este tipo de diseños aseguraban que los lectores accediesen a más noticias de las que accedían con un diseño tradicional, han empezado a ver con peores ojos al scroll infinito.
Algunas cabeceras como Forbes o la CNN han evitado esta funcionalidad, que antes usaban, en sus cambios de diseño o actualizaciones. "Mi sentimiento general y el del equipo es que internet ya es un scroll infinito de contenido", le explica a Digiday Dewey Reid, vicepresidente de diseño digital en la CNN. "Queremos dejar claro que hay un principio, medio y final. Cuando tienes un scroll infinito, no tienes realmente eso", añade.
Los medios que empezaron a usar estas herramientas para diseñar sus webs han empezado a abandonarlas porque se han encontrado con un problema importante, por mucho que la idea generalizada es que el scroll infinito a la hora de servir contenidos hace que los consumidores enganchen la lectura de una noticia con la siguiente. El scroll infinito produce problemas a la hora de servir publicidad, especialmente ahora que los anunciantes se han obsesionado con la visibilidad como métrica fundamental para servir publicidad. El scroll infinito hace que el consumo de contenidos vaya más rápido, que la carga también lo sea y que por tanto los anuncios se carguen peor. Mientras el lector salta por los contenidos los anuncios no consiguen cargarse como deberían y los consumidores no llegan a ver los anuncios que deberían estar viendo.
Pero, además, el punto de partida que hizo que el scroll infinito se convirtiese en algo tan atractivo no estaba basado en realidades incuestionables. Un estudio de Chartbeat ha puesto en tela de juicio la idea de que el scroll infinito pueda generar más páginas vistas que otros sistemas y no vio pruebas realmente incontestables (al comparar los resultados de unas y de otras no vio variaciones significativas) de que los sistemas que enganchan unos contenidos con otros empujen a los internautas a ver más contenidos que los que simplemente parten de recomendaciones.
De hecho, el estudio de Chartbeat llegó a una conclusión sobre las webs con scroll infinito que no sucede en las que no lo tienen: los visitantes se acaban perdiendo en tantos contenidos.
¿Será por tanto este el punto de partida para el ocaso de la omnipresencia del scroll infinito en la red?