Por Redacción - 21 Diciembre 2016
¿Cuál es la tecnología que cambiará el futuro y que modificará por completo cómo nos comportamos y qué hacemos? Como suele suceder en estos casos, hay unas cuantas predicciones y hay diferentes apuestas que realizan diferentes grupos y diferentes analistas. Hay quienes creen que la clave para comprender lo que ocurrirá con la tecnología en el futuro estará en la realidad virtual y que ella será quien marque lo que tendrán que hacer las empresas y hay quienes apuestan por otros elementos y por otras cuestiones como lo que modificará por completo las normas. Una de esas cuestiones tecnológicas que muchos ven como la llave para comprender por dónde irán los tiros en el futuro es la inteligencia artificial, que cada vez cuenta con más empresas (y empresas de alto nivel) centradas en su desarrollo y en intentar sacar de ella lo más posible y que, además, cada vez cuenta con más y más ejemplos visibles de lo que se puede hacer para posicionarse en ese entorno y sacarle partido.
Uno de los ejemplos más claros de lo que puede dar de sí la inteligencia artificial, o al menos uno de los ejemplos más claros que están disponibles ahora mismo, son los asistentes virtuales. Los asistentes virtuales empezaron a aparecer hace unos años, ligados a los smartphones, y a ser vistos más que nada como una curiosidad. Ahora, años después, los asistentes virtuales están presentes en cada vez más escenarios y están ligados a cada vez más y más empresas, que están trabajando en ellos para posicionarse en ese entorno, demostrando el poder que tendrán en el futuro.
Uno de los últimos movimientos en el terreno ha sido una de esas curiosidades que se cuelan en los medios generalistas. Mark Zuckerberg ha creado un asistente virtual para su propia casa, al que ha bautizado Jarvis, como uno de sus proyectos del año. Ahora que se cierra 2016 y toca hacer balance de lo que se ha hecho y conseguido, ha publicado varios vídeos en su perfil de Facebook contando su experiencia y por qué lo ha hecho. Jarvis es como un mayordomo, que enciende y apaga luces, que controla la temperatura o que decide quién puede y quien no entrar en la casa.
Pero, claro está, este trabajo no ha sido solo "la curiosidad" sino que ha funcionado también como un elemento para adentrarse en uno de los terrenos con más potencial para el futuro, la inteligencia artificial. De hecho, y como apuntaba el propio directivo cuando anunciaba que este sería su proyecto del año, el diseño del mismo le ayudaría a comprender mejor lo que estaba ocurriendo y a desarrollar mejores servicios. Jarvis no saldrá al mercado y no se convertirá en una nueva oferta para los consumidores, pero sí es un buen punto de partida para comprender por qué todo el mundo está empezando a obsesionarse con ello.
Porque aunque Jarvis sea quien llegue estos días posiblemente a todos los medios generalistas y quien consiga protagonizar todas esas noticias "buenrrollistas" y alegres de estos días, lo cierto es que hay muchas más compañías trabajando en este terreno e intentando posicionarse en el mismo. La inteligencia artificial tiene cada vez más peso y los asistentes personales que parten de ella son cada vez más habituales y más sofisticados. Es uno de los puntos calientes en el mundo de la tecnología y uno de los que tendrá un mayor recorrido en el futuro inmediato.
Prácticamente todas las grandes empresas del sector tecnológico tienen o están trabajando en una herramienta que funcione en este entorno y que pueda integrarse en el día a día de sus consumidores. Puede que tengan una personalidad y se conviertan en una suerte de amigo que vive en el dispositivo de turno y ayuda con el día a día, como ocurre con la Cortana de Microsoft, o puede que sean una suerte de dispositivo especial que se puede usar de forma específica, como ocurre con la Alexa de Amazon (y este tipo de terminales están siendo o van a ser, como apuntan algunos medios estadounidenses, uno de los regalos techie del año en EEUU).
Hasta Facebook está intentando hacer "algo" en este terreno y está probando con su asistente para Messenger, M, que sugiere cosas a los consumidores que emplean esa app (y que no es algo todavía tangible sino más bien un elemento en el que trabajan). Facebook está trabajando para mejorarlo y que para que pueda ofrecer mucha más información (por ejemplo, información contextual, como cómo comprar entradas para una película cuando se habla de quizás ir a verla).
La carrera enfrenta a varias empresas tecnológicas, que están lanzando novedades una y otra vez para asentarse como la que tiene el mejor asistente y el mejor ecosistema y ser por tanto la que se lleva el gato al agua. Como apuntan en VentureBeat, quieren estar presentes en tu casa, tu smarphone, tu coche y tu oficina y quieren serlo todo para el consumidor.
Que las grandes compañías tengan tanto interés por ello y que se quieran convertir en la firma de referencia en el sector en cuestión no es casualidad. En realidad, es un movimiento muy estudiado para convertirse en la clave del futuro, en la firma responsable de quien lo hará prácticamente todo por uno. Entrar en la vida del consumidor a través de estas herramientas, puede cambiar por completo todas las dinámicas ya que estos asistentes se convertirán en una parte tan importante del día a día que modificarán por completo cómo se accede a la información, cómo se interactúa con la tecnología y, claro está, cómo se consume.
El hecho de que ahora se pueda pedir una pizza a través de alguno de esos asistentes parece una curiosidad, un hecho gracioso que queda bien en las pruebas del producto. Sin embargo, es el ejemplo más claro de lo que se viene encima. Estos asistentes se van a convertir en una llave para acceder a prácticamente todo y para posicionarse en prácticamente todas las áreas. Con ellos, los consumidores lo harán todo y la marca que sea protagonista de ese creciente interés será la que tenga la sartén por el mango. ¿Por qué es crucial para Amazon que su Alexa se convierta en el asistente de moda? Gracias a ella, podrá ser quien se lleve prácticamente todas las compras que realice su usuario.