
Por Redacción - 28 Diciembre 2016
Uno de los puntos más difíciles para las marcas es la atención al cliente. En el mundo de la red, los consumidores quieren que las marcas y sus servicios de atención al cliente estén disponibles las 24 horas del día y todos los días de la semana, lo que hace que la situación sea compleja. Los consumidores están exigiendo algo que las marcas no siempre tienen recursos para darle. Ese no es el único problema de la atención al cliente. Los consumidores son también cada vez más y más exigentes y esperan que las marcas ofrezcan cada vez soluciones más y más rápido. Quieren que las cosas pasen en el momento exacto en el que ellos las quieren o las necesitan.
A eso se suma que los humanos son falibles y que el otorgar una buena atención al cliente se ve muchas veces lastrada por las limitaciones (esperables y obvias) de un servicio que están dando humanos. No se trata solo de que todos tengamos un mal día de vez en cuando sino también de que es posible fallar o no comprender exactamente qué es lo que están diciendo los interlocutores. La situación es, por tanto, compleja y delicada.
Por ello, las empresas llevan años buscando alternativas. Los diferentes servicios online intentan ya que los consumidores puedan encontrar ellos solos las respuestas a sus problemas y que solucionen, por tanto, de forma automática los fallos que puedan estar teniendo o afrontando. A lo largo de los años también han intentado posicionar diferentes servicios que den respuestas automatizadas, aunque el éxito de los mismos ha sido un tanto más limitado de lo que podría haberlo sido. Los consumidores no se han ido sintiendo cómodos con ellos y han odiado el hablar con una máquina, posiblemente porque estos servicios no lograban todavía ser lo suficientemente sofisticados.
En los últimos tiempos, a medida que mejoraban los avances de la tecnología, las empresas han estado jugando más y más con la posibilidad de dejar en manos de la tecnología estas soluciones. Es decir, han estado cada vez más y más abiertas a emplear las novedades tecnológicas para posicionarse en este terreno y para lograr conectar mejor con los consumidores. Cada vez, las compañías están más abiertas al uso de robots para gestionar su atención al cliente. En Japón, de donde suelen llegar los ejemplos más recurrentes para este tipo de cosas, ya han probado hasta a posicionar a robots en los puntos de venta y de atención al cliente físicos, aunque los ejemplos que llegan desde otros lugares suelen ser mucho menos evidentes.
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