Por Redacción - 19 Julio 2017
El big data es uno de los elementos que más interesan a las empresas en estos momentos, ya que se ha convertido en una de esas herramientas que permiten a las marcas y a las empresas ser mucho más competitivas. El análisis de datos posibilita conocer mucho mejor a los consumidores y comprender qué es lo que quieren y lo que buscan de empresas y marcas. Así, los productos y el modo en el que estos se presentan se lanzan de forma mucho más eficiente y mucho más efectiva, reduciendo los riesgos de aventurarse al mercado con una novedad (o corrigiendo los problemas de los productos que ya se lanzaron tiempo atrás).
Sin embargo, y a pesar del elevado potencial del big data, esta herramienta no es una especie de varita mágica o bálsamo milagroso que funciona por si solo y de un modo casi mágico. En realidad, el big data exige muchas cosas de las empresas y marcas que quieren emplearlo. Para sacarle beneficios y buen partido, hay que jugar con muchos elementos. De entrada, se necesitan los datos. Se necesita contar con una buena base de datos para poder extraer conclusiones relevantes, lo que hace que al final no todo el mundo juegue con las mismas armas. Quienes logran recopilar más información, algo muchas veces determinado por el alcance de la empresa en cuestión, consiguen posicionarse mucho mejor.
Una vez que se tienen los datos de base, tampoco está todo el trabajo hecho. Se necesita la tecnología necesaria para gestionar, almacenar y extraer conclusiones de los datos en cuestión. Los datos por si solos no valen nada si no se tiene la herramienta necesaria que funcione como brújula.
Y, finalmente, datos y herramientas no sirven para nada si no se cuenta con el personal adecuado. El big data necesita a trabajadores que sepan de lo que hablan y que puedan por tanto extraer el valor de esa información. El abanico de profesionales que requiere el big data es muy elevado, porque abarca desde los perfiles altamente tecnológicos que ayudan a gestionar el caudal de datos y toda la parte 100% tech de la cuestión al espacio mucho menos puramente tecnológico de los profesionales que "hacen las preguntas" a los datos, lo que requiere a veces ser mucho más creativo. Analistas, gestores de datos, científicos de información… Los perfiles son muchos y muy variados y la carrera por hacerse con ellos una a la que están abocadas las empresas en los últimos tiempos.
No solo eso: las empresas tienen que fichar al personal necesario y tienen que competir por el mismo, ya que no todos los trabajadores están preparados para ello. Es necesario recurrir a profesionales formados en este trabajo y que sepan realmente qué están haciendo. Las empresas tienen que competir por el talento y, en algunos mercados concretos, la competición es mucho más dura que en otros.
El caso español
Eso es lo que ocurre en España, donde la demanda de profesionales de big data está desequilibrada con la oferta de trabajadores de la misma. Eso es lo que han acusado expertos en big data en un informe de la Fundación Cotec. Las previsiones con las que concluyen ese informe apuntan a que en tres años "habrá mayor demanda y menor capacidad de cubrir". Esto es, en tres años se pedirán profesionales de big data pero el mercado no podrá asumir esa demanda.
En algunos perfiles específicos, las empresas españolas tendrán que importar talento o al menos eso es lo que se imagina leyendo las conclusiones del estudio. En 2018 las empresas necesitarán cubrir datos puestos de data scientists que no habrá ya trabajadores españoles suficientes para cubrir la demanda.
La tendencia no es exactamente algo nuevo, ya que el big data lleva protagonizando las tendencias de contratación en los últimos tiempos. En 2014, las vacantes que la industria española tuvo que cubrir en big data fueron de 1.797 puestos laborables. Un año después, la cifra había subido hasta las 3.447 ofertas de trabajo en big data. La economía del big data, según datos del estudio, crece a un ritmo del 30% cada año y empleó ya 10.500 profesionales en 2015 (una cantidad de profesionales de la que un 19% se generó en el extranjero). Quedarse al margen del big data no es además muy inteligente: 65% de las empresas corren el riesgo de convertirse en irrelevantes o no competitivas, aseguran los responsables del informe, si no se suman al carro.
Por ello, y a pesar de la cuota general de paro en España, el mercado se enfrenta a una situación en la que, según los expertos que han elaborado el informe, las búsquedas de profesionales de big data "no dejan de crecer, no pueden ser cubiertas porque no hay suficientes profesionales preparados para estos puestos".
La cuestión puede solucionarse o paliarse. Los expertos alertan que se ha convertido en una necesidad el crear titulaciones universitarias específicas para este terreno. Es decir, la formación se ha convertido en la solución a la escasez de profesional y las universidades españolas se tendrían que lanzar a crear los expertos en análisis de datos del futuro.
"El experto en data science quizá no sea la profesión final, hoy día las empresas necesitan profesionales que sean capaces de establecer relaciones entre los datos, pero de aquí a cinco años se abre un universo de posibilidades y es probable que esto cambie", explicaba el Chief Data Officer de Telefónica, Chema Alonso, en la presentación del informe, señalanado que "seguiremos necesitando profesionales bien formados y que la formación necesaria en este momento es la de los datos".