
Al abajo firmante nunca le sedujeron mucho las matemáticas, ni la física, ni ninguno de sus parientes cercanos. Y eso que no niego que la belleza de una intrincada fórmula química no le va la zaga de la de un verso de Antonio Machado; ni que el perturbador misterio de un problema matemático es equiparable al de una sentencia de Walt Whitman ("yo no soy solo eso que se extiende entre mi sombrero y mis zapatos", por ejemplo).
Al final, los extremos se juntan. Una partitura musical es la inspirada fórmula que ajusta la amplitud y velocidad de una vibración mecánica convertida en sonido con la personal visión de un intérprete. Y la danza no es sino anatomía y física hechas arte. Como la arquitectura es pura creatividad geométrica.
Sirva el preámbulo para justificar los vocablos del título que, como a mi tras el primer encuentro, supongo que a más de uno le resultarán provocadores, cuando no casi de mal gusto. Así que mejor será hablar claro.
Como sabrán los de "ciencias", un Teseracto es un concepto geométrico por el que se conoce al cubo con una dimensión extra, su cuarta dimensión. Naturalmente no es visible, tan solo imaginable y quizá de ahí su utilidad como símbolo para ilustrar teorías de otros campos, como es el caso.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

