Por Redacción - 11 Enero 2018
Internet y las nuevas tecnologías han cambiado mucho las cosas en los últimos tiempos. El desarrollo de las mismas ha tenido un impacto sobre lo que se hace, el cómo se hace y, sobre todo, sobre lo que esperan los consumidores cuando se relacionan con marcas, empresas y tiendas. Y, aunque todavía quienes se empeñan en decir que la tecnología y, especialmente, ciertas cuestiones de internet no son para ellos, el mercado está ya en un punto de no retorno en lo que a revolución tecnológica se refiere.
Como reflexiona un analista de Forrester, al hilo de todo lo que ha ocurrido en los últimos tiempos y de cómo han avanzado las cosas, se podría decir que se ha cruzado ya la barrera de lo esperable y de lo que hay que hacer. "Creo que hemos cruzado ya el límite en el que es un imperativo de negocio para las compañías de todos los tamaños y formas el ir hacia delante", apunta. Esto es: ya no tiene sentido considerar lo digital como una opción más, como un elemento de mejora que se puede añadir, sino que hay que tenerlo ya en la lista de las necesidades.
Y esto ocurre en todos los niveles y en todos los escenarios. Los compradores de hoy en día dan por sentado que sus vendedores serán también de la misma época y tendrán las mismas características. Quieren comprar online, esperan hacerlo de un modo omnicanal y dan por hecho que la compañía les ofrecerá los mismos servicios, la misma calidad y la misma experiencia en todos los escenarios en los que se muevan.
Por lo tanto, las empresas no están ya en ese momento en el que hay que experimentar con la red y con la tecnología y en el que estas herramientas se convierten en un potencial elemento para tener más oportunidades y un potencial mayor - y mejor - posicionamiento, sino que se están erigiendo ya en un elemento obligatorio. Las compañías ya no pueden oscilar entre el contigo o el sin ti, sino que tienen que asumir que el sin tecnología las aboca a una situación complicada. Es nadar contracorriente y ponerse palos en las ruedas que las llevan hacia el futuro.
Esto ocurre en el terreno del consumo, como varios estudios y análisis han ido demostrando ya, pero también en el mercado B2B. De hecho, como apuntan en el análisis de Forrester, las compañías B2B que lo comprendan y lo apliquen lograrán crecer y destacar, mientras que quienes se queden rezagadas se exponen a perder compradores y a ver cómo sus competidores le comen terreno. Las propias empresas parecen estar comprendiéndolo, ya que en las previsiones para 2018 se ve ya una tendencia a invertir en ventas desde dentro y en ecommerce.
En definitiva, van a invertir en aquello en lo que les permitirá posicionarse de un modo destacado en el terreno de la conexión con los consumidores online. Las grandes compañías están incluso transformando sus sistemas de ventas para hacerlos más digitales y para hacer que sus procesos de venta y relación con los consumidores estén más ligados a las diferentes etapas y a las nuevas tecnologías.