Por Redacción - 26 Febrero 2018
Es casi una frase hecha, aunque en realidad supone la descripción de un cambio global que tiene efectos revolucionarios sobre cómo somos, cómo nos comunicamos y cómo consumimos. Los móviles son cada vez más importantes en nuestro día a día y cada vez estamos más conectados.
El 77% de las conexiones móviles se harán en 2025 en un smartphone. Además, las cifras demuestran que cada vez consumimos más datos. La cifra global de tráfico de datos se incrementará ocho veces entre 2017 y 2020. De estos datos, una gran parte estarán asociados al vídeo. En 2023, el 75% de todos esos datos gastados se irán al vídeo, gracias a la evolución de la tecnología de vídeo (que hace que sean cada vez mejores) y al creciente consumo de estos contenidos en todas las regiones.
Los datos llegan del último estudio de la GSM sobre el universo móvil y su impacto en el día a día de consumidores y empresas. La última edición de su Mobile Economy acaba de ser presentada en el Mobile World Congress (MWC), que se está celebrando ahora mismo en Barcelona. De sus números y previsiones se pueden extraer varias conclusiones.
El futuro tendrá una mayor calidad en las conexiones móviles
Las conexiones móviles serán de mejor calidad. Las previsiones del estudio son las de que, en 2025, dos tercios de todas las conexiones móviles que se realizan en el mundo sean ya con redes 4G o 5G. El 4G supondrá el 53% de todas cuantas conexiones móviles se realicen, un crecimiento bastante notable desde el 29% con el que se cerró 2017. Esto supondrá no solo un gran desarrollo tecnológico, sino también una renovación del parque de dispositivos móviles.
A finales de este año se empezarán a desarrollar las redes 5G de forma comercial, lo que supondrá además un impulso mayor en lo que se puede hacer con los móviles. Las redes 5G arrancarán en Norteamérica y después empezarán su implantación en los principales mercados de Asia y Europa, según las previsiones, llegando a unos 1.200 millones de personas en 2025.
Ha llegado el momento de la verdad para el internet de las cosas
De hecho, el gran elemento que llegará con fuerza con esta mejora de las redes será el internet de las cosas. El internet de las cosas no es exactamente una novedad y llevamos años escuchando hablar de ello y de cómo cambiará el mundo en el que marcas, empresas y personas tienen que moverse.
Sin embargo, aún no se ha desarrollado con todo su potencial. A media que las redes sean mejores, lo hará. Como apuntan en las conclusiones del estudio, la implantación de las redes 5G supondrá que se pueda llevar un paso más allá la transformación generada por el internet de las cosas y que este empiece a generar nuevas áreas de actividad y de ingresos en ecommerce, contenidos, estilos de vida, seguridad y, por supuesto, marketing y publicidad.
Se espera, por ejemplo, que empiecen a proliferar los casos de éxito y uso tanto en smart cities como en casas conectadas, edificios inteligentes y similares. Las conexiones del internet de las cosas llegarán en 2025 a los 25.000 millones. La electrónica de consumo y las casas inteligentes serán las grandes protagonistas de las mismas.
El móvil tendrá mucho más peso en el PIB mundial
A cierre de 2017, el ecosistema móvil suponía ya el 4,5% del PIB mundial, lo que suponía unos 3,6 billones españoles (trillones anglosajones) de dólares. Las previsiones son las de que esa cifra irá en progresivo aumento, siendo el 5% del PIB mundial en 2022 con 4,6 billones de dólares. El móvil mejorará todavía más la productividad y la eficiencia de las diferencias industrias, que irán asumiendo nuevas funcionalidades y nuevas capacidades vinculadas al ecosistema móvil.
En 2017, 29 millones de puestos de trabajo dependían ya de un modo directo o indirecto de los móviles. El ecosistema móvil logró recaudar para las autoridades públicas unos 500.000 millones de dólares en impuestos directos y unos 25.000 millones en subastas de espectros móviles.
Se va a pasar del consumidor conectado al consumidor digital
A medida que más y más consumidores están conectados a la red vía dispositivos móviles, también usarán esos terminales no solo para acceder a las redes sociales, a contenidos y a apps de mensajería sino también como epicentro de consumo para cosas, como puede ser el contenido de entretenimiento, el ecommerce u otras herramientas de servicios y contenidos. El consumidor ya no será simplemente un consumidor conectado, sino que se convertirá en un pleno consumidor digital.
Esto se completará con dos grandes tendencias. Por un lado, estos consumidores estarán ávidos para adoptar las nuevas tecnologías, ya sea la realidad aumentada a la app que les permite controlar su casa, por poner dos ejemplos. Por otra parte, serán menos reticentes a probar los servicios emergentes de nuevo cuño, como pueden ser la robótica de consumo o los sistemas automatizados de entregas de compras.