Por Redacción - 9 Julio 2018
Probemos a hacer un ejercicio. Reflexionemos sobre lo que hemos hecho desde que nos levantamos esta mañana hasta este momento exacto en el que nos hemos puesto a leer este artículo. Lo más probable es que, en todo el tiempo que discurrió entre un momento y otro, la tecnología haya estado muy presente. De hecho, si se usa el móvil también como despertador, la tecnología ha sido el primer elemento con el que se ha interactuado al empezar el día. Desde ahí, no habrá más que más y más conexiones entre tecnología y persona y estas herramientas nos habrán acompañado en todo momento y para prácticamente todo.
Y si la tecnología se ha infiltrado ya en nuestra vida diaria y en todo lo que hacemos y en el modo en el que lo hacemos, otro tanto ha ocurrido en nuestra vida profesional. Muchos trabajos dependen de un modo o de otro de la tecnología e incluso en aquellos en los que no parece tan evidente la tecnología está absolutamente presente.
En el caso de aquellos que trabajan en el universo de la publicidad y el marketing, la tecnología no está solo presente sino que se ha convertido en omnipresente. Es lo que se necesita para conectar con ese consumidor ultra conectado y es la llave para poder acceder a muchos elementos que permiten posicionarse de un modo destacado. A los marketeros, la tecnología se les ha convertido en uno de los elementos de base en su trabajo.
Pero ¿cuáles son las herramientas tecnológicas que creen que se han convertido en determinantes en su día a día o cuáles las que se han integrado de un modo tan preciso y tan ubicuo en su trabajo que sienten que ya no pueden vivir sin ellas? Eso es lo que acaba de preguntar un estudio, que ha preguntado a los responsables de marketing sobre aquellas herramientas que emplean en su día a día y ante las que su desaparición podría hacer su gestión del trabajo y sus jornadas un tanto más complicadas.
Y, aunque en un primer momento todos tenderíamos a pensar que los marketeros no podrían vivir sin cuestiones como el big data, sus respuestas, como demuestra el estudio de Widen, son mucho más prosaicas. Los responsables y los trabajadores del área de marketing saben valorar aquellas herramientas mucho más simples, pero mucho más presentes en el día a día.
De hecho, las herramientas que se ven como mucho más cruciales y como mucho más importantes en el día a día y en el trabajo que se hace de forma habitual son aquellas que sirven para compartir archivos, para dar servicios de email marketing y para mejorar las relaciones con los consumidores (en resumen, el CRM). Un 41,6% de los encuestados no podría vivir sin su CRM, un 35% sin el sistema de gestión de email marketing que emplean y un 42,4% sin los servicios que usan para compartir archivos.
Estas herramientas son por tanto cruciales y se han convertido en un elemento destacado en su día a día, pero no son las únicas que los marketeros creen que son muy importantes y cuya desaparición haría su trabajo muy complicado. Un 32,68% de los encuestados no podría trabajar si sus herramientas de gestión proyectos, un 32,03% si las de gestión de contenidos, un 29,41% su la de gestión de activos digitales, un 23,09% sin gestión de redes sociales y un 17,65% sin las de automatización de marketing.
Este último porcentaje es igual al de trabajadores de marketing que creen que su equipo no podría trabajar sin herramientas de colaboración creativa. Un 18,30% apunta hacia las herramientas de ecommerce como cruciales y un 15,90% a las de gestión de información de producto.
Además, los marketeros no solo tienen claro que la desaparición de alguna de estas tecnologías podría hacer que su trabajo fuese muy difícil sino que además empiezan también a ser conscientes de que las herramientas tech tienen que colaborar unas con otras. Un 74,34% reconoce que ha integrado al menos dos de las herramientas clave del listado para que trabajen de forma conjunta.