Por Redacción - 7 Febrero 2019
De unos años para esta parte, la inteligencia artificial ha dejado de ser un elemento sorprendente, llamativo y con potencial para el futuro para convertirse en algo ya con aplicaciones prácticas y con una presencia destacable en muchos terrenos. Lo es, además, en áreas cada vez más diversas y más amplias.
La IA ha salido del terreno puramente tech para entrar en otras áreas, como es el caso de la atención al cliente, el marketing de una manera más general o los trabajos creativos. Aunque tradicionalmente siempre se ha dicho que los robots no podrían sustituir a los humanos en el trabajo creativo, porque no tienen el tipo de mentalidad o de intuición necesario para ello, el avance de la inteligencia artificial ha empezado a demostrar una realidad alternativa. En ella, ese principio se convierte en bastante cuestionable.
Y uno de los escenarios en los que esto se está viendo de forma clara es el mundo de los contenidos: las noticias son uno de los primeros terrenos que la IA ha conquistado como productora de contenidos.
El robot journalism se ha convertido en una tendencia emergente en los últimos tiempos, con ejemplos que llegan ya desde muchos terrenos. Algunos medios económicos fueron los pioneros en emplearla, pero ahora ya está presente en muchas más áreas.
Hace unos meses, de hecho, una agencia de noticias japonesa se marcó el tanto de tener una gran exclusiva, la de la muerte del hermanastro del dictador de Corea del Norte y su efecto en el ecosistema político asiático, gracias no a un chivatazo sino a la inteligencia artificial. La compañía usa la IA para filtrar información que circula por las redes sociales y desarrollar textos. Gracias a ese trabajo, se adelantaron 40 minutos a los medios tradicionales con esa exclusiva.
Los grandes medios, los más influyentes, ya la están usando también. La agencia AP fue una de las pioneras, usándola para producir textos sobre resultados financieros. Antes de usar la IA producían cada trimestre 300 artículos sobre resultados financieros. Ahora están en 3.700, cubriendo muchas más compañías y muchos más resultados.
Es uno de los casos de éxito del mercado, pero no el único, como demuestra The New York Times en el análisis que ha dedicado a la inteligencia artificial y su presencia en el periodismo. El Times, que no emplea IA para producir contenidos, concluye que se está en un momento de auge de la inteligencia artificial aplicada al periodismo.
Así, por ejemplo, un tercio de todo el contenido que publica Bloomberg News ya usa en cierta medida tecnologías automatizadas. Ellos también emplean la IA para producir miles de artículos sobre resultados financieros cada trimestre (justo el contenido muy aburrido que quema a los periodistas). La IA no solo se emplea en finanzas, sino también en cobertura de deportes (tanto AP como The Washington Post han dejado en sus manos la cobertura de ligas menores) o de terremotos (lo hace The Los Angeles Times). Forbes y The Guardian están probando a usarla en diferentes momentos del proceso de producción de textos periodísticos.
La presencia cada vez más habitual de esta tecnología hace que sea uno de los elementos que ya se asume que formarán parte del trabajo de los medios en el futuro inmediato, un elemento más de lo que se hace. Desde la industria dejan claro que no creen que la IA vaya a sustituir a los periodistas de siempre, pero sí cambiará cómo y en qué trabajan, dejando que se centren en los elementos más importantes, por así decirlo, de su trabajo. La IA se convertiría en un primer elemento de filtrado o en lo que da avisos de cosas que podrían ser noticiosas.
Eso sí, también hay quienes apuntan que la presencia de la IA abre la mano a nuevos riesgos. Las empresas, por ejemplo, podrían manipular cómo se habla de ellas cuando se presentan sus resultados financieros aprendiendo cómo presentar los datos que más les interesan del modo que la inteligencia artificial quiere leerlos. Y, viendo los datos y viendo cómo se usa, se podrían llegar a conclusiones dolorosas sobre el futuro de las agencias de noticias y sus plantillas.
Lo que está claro es que la inteligencia artificial acabará teniendo un impacto en el trabajo creativo, en la producción de contenido y, posiblemente también, en los flujos de información y en lo que se considera que es importante. La IA podría convertirse en el primer gatekeeper, la figura que en los medios hace el primer filtrado entre todas las cosas que podrían ser noticia y escoge las que lo serán y las que no.
Los medios son, además, una primera etapa. La IA podría ir haciéndose con más terrenos y con más áreas, dominando también cómo producen contenidos y cómo hablan las propias empresas.