Por Redacción - 4 Febrero 2020
Como ha ocurrido antes con otras nuevas tecnologías emergentes, la inteligencia artificial se ha posicionado ante los marketeros como una de esas grandes soluciones milagrosas a todos los problemas y a todas las grandes cuestiones que marcan su agenda. El potencial de la herramienta es muy elevado y los usos que podría tener a nivel de negocio muy positivos, lo que hace que los responsables de las compañías la vean con muy buenos ojos y que esperen de ella grandes cosas.
Pero ¿cómo la están empleando ahora y qué beneficios están realmente sacando de ella? ¿Está la inteligencia artificial cambiando realmente las cosas?
Por ahora, las cosas no son exactamente transversales. No todas las industrias están empleando la inteligencia artificial de la misma manera o en el mismo grado y no todas logran los mismos resultados. Curiosamente, y como señalan en un análisis de eMarketer, en la Europa Occidental las compañías de retail se han convertido en una de las avanzadillas en la incorporación de la IA a la gestión de la empresa y al servicio de atención al cliente. No es exactamente sorprendente, porque los datos de inversión en el mercado global del retail en IA se espera que crezcan en un 35,4% entre 2019 y el próximo 2024.
En este caso, por retail, el estudio entiende no solo el tradicional y las tiendas físicas sino también el comercio electrónico. La inteligencia artificial, recuerdan, ha estado detrás de los sistemas de recomendación de los grandes jugadores de ecommerce transcontinentales pero también de las empresas con un ámbito más concreto y estatal durante años.
Por ejemplo, en Francia, los datos que maneja eMarketer señalan que el 51% de los decision-makers en retail y ecommerce franceses ya trabaja de forma activa con inteligencia artificial y que un 11% está haciendo ya algunas cosas vinculadas, todo ello eso sí orientado de forma específica a las ventas online.
Dos tercios de los retailers van tan lejos como a considerar que la inteligencia artificial será indispensable para el comercio electrónico.
Pero los usos no solo se limitan al mercado del comercio electrónico y a los elementos de recomendación, sino que empiezan a ir más allá. Algunas compañías ya empiezan a posicionar la inteligencia artificial en el retail tradicional y otras en la gestión de las operaciones back-end. H&M la emplea para analizar compras y devoluciones, lo que les marca pautas de cómo gestionar los stocks en las diferentes tiendas para ser mucho más eficientes.
Comprender a los consumidores es, de hecho, la pieza crucial que los responsables de tiendas ven en la IA. Por ello, la usan también para leer tendencias en los patrones de búsquedas online o para analizar el comportamiento en social media y vincularlo a ventas (una compañía británica ofrece un Pinterest Style Finder: los compradores pueden dejar que la IA visualice sus tableros de Pinterest y que, a partir de ello, les recomiende productos ajustados a sus estilos).
Los vendedores están, en general, viendo con cada vez mejores ojos las búsquedas visuales y el cómo la IA puede convertirlas en operaciones de ventas. Gracias a ella, podrán leer los intereses de los consumidores y posicionar los productos que se ajustan a ellos.