Por Redacción - 12 Marzo 2020
Cuando Amazon lanzó hace unos su primera tienda sin cajeros, el movimiento se recibió como una de las grandes revoluciones en el mercado del retail. Amazon no era, en realidad, la primera ni la única que estaba intentando posicionarse en ese nicho y ya existían otros experimentos a lo largo del mundo que intentaban crear una experiencia de compra en la que el consumidor no tuviese que enfrentarse al paso por caja y a las colas. La tienda de Amazon era llamativa porque se posicionaba de un modo completamente nuevo y porque creaba una experiencia totalmente novedosa. Era una muestra de hacia dónde iba a ir el futuro del retail.
De hecho, si se analiza cómo están cambiando las cosas, parece claro que el futuro de las tiendas pasa por los pagos móviles y por las tiendas sin cajas ni cajeros, una revolución en pagos que cambiará las tiendas. Amazon ya ha lanzado una de sus tiendas sin cajero en Londres y las grandes cadenas de supermercados europeas, como Tesco, ya están experimentando con el formato. Amazon Go, las tiendas de Amazon, hicieron más visible el formato y ayudaron a que la industria redujera sus resistencias ante una idea tan novedosa y tan diferente.
Ahora, además, podrían convertirse en el portal de entrada para muchas otras compañías a este nuevo entorno. Amazon va a posicionar la tecnología de sus tiendas sin cajero como servicio para terceros.
¿Qué es exactamente lo que Amazon va a hacer? La compañía acaba de confirmar que, como empresa, va a abrir una nueva línea de negocio: la de vender su tecnología cashier-less, la que emplea en sus tiendas sin cajero, a terceros.
La noticia fue adelantada a Reuters, a quien también confirmaron que ya han cerrado varios acuerdos con diferentes clientes (todavía sin nombre) que integrarán la tecnología en sus tiendas. La teoría es, como recoge Reuters, no tanto que se vaya a incluir en espacios como Walmart sino más bien que lo hará en tiendas de aeropuerto.
En este nuevo escenario, las compras no se pagarán con la cuenta de Amazon, como ocurre con las tiendas propias del gigante. Los consumidores tendrán que introducir una tarjeta en las puertas de control de acceso, que será la que se asocie a su persona-consumidora. El sistema, una vez dentro, funcionará como hace en las tiendas Amazon. Gracias a cámaras y sensores de peso, se irá controlando qué compran para hacer la cuenta final.
El peso de la marca Amazon en estas tiendas será mínimo. En el control de acceso aparecerá el logo del servicio (Just Walk Out technology by Amazon), pero será la única presencia del gigante. La tienda será como el propietario quiere que sea y con su imagen de marca.
En declaraciones a Reuters, uno de los directivos de Amazon dejó claro también que los clientes de esas tiendas lo serán "de los retailers" y no de ellos. "Prohibimos el uso de los datos de la tecnología Just Walk Out para aquello que no sea dar servicio a los retailers Just Walk Out", indica el vicepresidente de retail de Amazon, Dilip Kumar.
Pero, por supuesto, el movimiento tiene muchas más implicaciones y despierta más dudas, como recuerdan en FastCompany.
Una de ellas es la de qué pasará con las compras en efectivo, algo que es un problema ya desde hace algún tiempo para estas tiendas en Estados Unidos. Filadelfia y San Francisco ya han prohibido las tiendas que no aceptan efectivo, algo que otras ciudades estadounidenses se plantean hacer, porque consideran que son discriminatorias contra los consumidores con ingresos más bajos (y que suelen comprar en efectivo) y que son una amenaza contra la privacidad de los consumidores.
Por supuesto, también hay dudas sobre qué impacto tendrá en los puestos de trabajo vinculados al retail y sobre el uso de datos. Amazon insiste en que solo recogerá los datos necesarios para dar el servicio, pero para los analistas no es una explicación suficiente.
Y, finalmente, FastCompany se hace una pregunta crucial, la de por qué los retailers deberían confiar en Amazon, que es al final su competencia.
Más allá de todas esas dudas, el movimiento de Amazon podría tener un efecto directo sobre el retail y sobre el asentar este nuevo modelo de tienda. Que otros puedan usar la tecnología abre la puerta a que las tiendas sin cajero se multipliquen y que, por tanto, se vuelvan más y más populares. A medida que se vuelvan más habituales, los consumidores se acostumbrarán más a ellas y el formato romperá más resistencias.
¿Es un empujón hacia un futuro sin cajeros y sin cajas?