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¿Adiós al dinero en efectivo?: la crisis podría normalizar y asentar las formas de pago alternativas

El uso de tarjetas ha aumentado notablemente, pero también el de soluciones de pago móvil

Por Redacción - 11 Mayo 2020

En la panadería de mi barrio, pre-crisis del coronavirus, no incentivaban el pago con tarjeta. De hecho, ni siquiera era muy consciente de que aceptaban tarjetas y que tenían un datáfono. Cuando estalló la crisis, y por razones obvias, la panadería empezó a permitir pagar con tarjeta cualquier cosa. No solo eso: en los escaparates pegaron dos gigantescos letreros pidiendo que lo hiciésemos. Es lo que han hecho la mayoría de los negocios. En una panadería-confitería de moda un par de calles más allá un letrero en el escaparate avisa: "hemos eliminado el pago mínimo si quieres pagar con tarjeta".

El movimiento es una de las recomendaciones recurrentes durante esta crisis. Para reducir el contacto y la exposición al virus de los vendedores, lo más recomendado es pagar todo con sistemas telemáticos de pago. Cuanto menos contacto mejor, lo que hace que las tarjetas contactless y los sistemas de pago móvil parezcan las opciones más recomendadas.

Y, de hecho, el crecimiento de estos formatos de pago durante estas semanas ha sido muy elevado. Los datos de las compañías de tarjetas y pagos así lo demuestran. Según Mastercard, por ejemplo, los pagos móviles y los pagos sin contacto han crecido en un 40% en la crisis del coronavirus. "Los clientes están buscando una forma rápida de entrar y salir de las tiendas sin intercambiar dinero, tocar terminales o cualquier otra cosa", explicaba su CEO, Ajay Banga, hace unos días.

A eso hay que sumar que la banca ha aumentado por defecto el límite que tenía a los pagos contactless. Hasta ahora, cada compra superior a los 20 euros suponía tener que introducir el número pin de la tarjeta. Ahora, y de forma temporal, eso solo ocurrirá con las compras de más de 50 euros. Con ello la banca espera potenciar que se pague con tarjeta y no con efectivo.

Y a eso se podría añadir que los consumidores y sobre todo los comerciantes están probando formas nuevas de pago que hasta ahora se les resistían o que usaban grupos muy concretos. Por ejemplo, Bizum, la herramienta de pagos móviles que han integrado ya muchos bancos españoles, ha aumentado su números de clientes. Ya tienen 8 millones de usuarios, gracias a las altas que ganaron estos días.

De los 700 establecimientos comerciales que aceptan esta forma de pago en España, 400 se han dado de alta en abril.

¿Un cambio estructural?

La gran pregunta es qué pasará cuando todo esto termine. ¿Ha sido la crisis la puerta de entrada para que los usuarios se acostumbren a no pagar en efectivo todavía más? ¿Y lo será para eliminar las barreras de los comercios? Aunque cada vez hay más soluciones que reducen costes y simplifican el proceso de cobro, no pocos comerciantes siguen siendo reticentes a aceptar pagos con tarjeta o sistemas de pago móviles.

De hecho, los datos de los estudios ya apuntan a que las empresas no están muy conformes con esta tendencia de cambio. Según un estudio de Intrum, dos de cada cinco empresas españolas están convencidas que una sociedad sin efectivo incrementaría sus costes.

Y a eso se suma que un 36% piensa que una sociedad sin efectivo les llevaría a perder clientes. A las empresas les preocupan también los potenciales problemas de seguridad. Cuatro de cada 10 empresas temen que la eliminación del efectivo las exponga a más ciberataques.

Sin embargo, muchos clientes habrán sentido que esta experiencia ha simplificado su día a día y ha mejorado la experiencia de consumo. Quizás, para estos consumidores, volver atrás sea mucho más complicado.

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