Por Redacción - 17 Septiembre 2021
Hasta hace no mucho, la realidad aumentada era una de esas cosas que se apuntaban en los análisis sobre cómo podría cambiar el mundo y qué impacto podrían tener las novedades tecnológicas.
Ahora, la realidad aumentada no es solo una realidad, sino que incluso se ha posicionado como una de las vías más prometedoras para llegar a los consumidores. El despliegue de las capacidades de conexión a la red que trae el 5G y el hecho de que los propios smartphones sean cada vez mejores lleva a que la realidad aumentada sea mucho más posible.
Uno de los últimos estudios sobre hacia donde va la realidad aumentada ya apunta cifras de impresión. Según estimaciones de GlobalData, de aquí a diez años la industria de la realidad aumentada tendrá un valor de 128.100 millones de euros. Será un crecimiento abrumador: la cantidad supone multiplicar por 22 lo que ahora mueve esta tecnología.
Este boom de la realidad aumentada estará muy vinculado con las grandes tendencias que marcan la agenda. El cambio del futuro del trabajo y todo el hype que se está generando sobre el metaverso apuntalarán el crecimiento de su uso.
"La realidad aumentada se está convirtiendo en una utility en aplicaciones específicas de consumo y de trabajo", explica Rupantar Guha, especialista de GlobalData. En consumo, se ha asentado en social media, gaming e ecommerce, pero en el futuro próximo irá mucho más allá.
Además, la realidad aumentada no se limitará a lo que puedan hacer los smartphones. Cada vez hay más dispositivos inteligentes y en los que la realidad aumentada se puede integrar. Por ejemplo, todo el boom de las gafas inteligentes - ese elemento que va y viene como tendencia del momento - podría impulsarla. Las gafas podrían integrarla por defecto y permitir al usuario acceder a toda una avalancha de contenidos.
Este crecimiento notable de la realidad aumentada no es solo importante para las empresas de tecnología o para aquellas, de forma más específica, conectadas con su funcionamiento o lanzamiento. El potencial es mucho más amplio y cambiará de forma notable el terreno de juego para marcas y anunciantes. La realidad aumentada abre muchas posibilidades, ampliando cómo se ofrecen los contenidos y qué permiten hacer.
Para las marcas, cambiará por completo el alcance posible de sus contenidos, de sus anuncios y de sus experiencias de cliente. La realidad aumentada, por ejemplo, permitirá probar productos sin salir de casa o generar la ilusión de verlos como serían en el mundo real.
Creará experiencias mucho más inmersivas y mucho más realistas, lo que puede cambiar las reglas del juego en sectores como el comercio electrónico. No es lo mismo comprar un producto sin verlo que tener la sensación de que sí se ha hecho, de que se ha visto como quedará en el mundo real.
Igualmente, para sus contenidos y anuncios, la realidad aumentada añade el efecto sorpresa y los convierte en algo vivible. Esto posiblemente modificará el engagement logrado. Cuando algo resulta especialmente llamativo, también se gana en términos de memoria, lo que mejorará el recuerdo de estas acciones de marca.