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El lado oscuro de los youtubers: precariedad absoluta para sus editores de vídeo

Las cuentas de qué ocurre en España apuntan que el 38% de los editores cobra menos de 500 euros al mes
Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...

Cuando se aborda el universo youtuber, se suele acabar hablando de cifras millonarias y centrándose en las grandes historias de éxito. Sin embargo, no todo es de color de rosa. Las cuentas más populares sí tienen elevados ingresos, esos que llevan a que aparezcan cada año en los rankings de los que más ganan y que les permiten protagonizar grandes titulares. Frente a ellos están quienes no se están haciendo ricos en YouTube.

Por un lado, están las muchísimas cuentas mucho más pequeñas que intentan posicionarse pero que aún no han logrado dar ese salto (y para quienes los ingresos generados son mínimos). Por otro, está toda la industria derivada que da servicios a los youtubers y que no logra, ni de lejos, entrar en esas cifras impresionantes de ingresos.

Porque, por cada vídeo que se sube en YouTube y triunfa, hay detrás el trabajo de unas cuantas personas, más allá de la estrella que aparece en pantalla y que los espectadores rápidamente identifican. Igual que ocurre en otros medios y en otros formatos de contenidos, por el camino para llegar a ese resultado final hay muchas más personas. Si en la tele todo el mundo tiene claro que los programas y su buen acabado son el trabajo de varios profesionales, en el caso de los vídeos de YouTube no resulta tan claro.

Además, la cuestión no es solo que ese trabajo sea un tanto invisible, sino que se desarrolla en un entorno ultraprecario. Eso es lo que están denunciando ahora los editores de vídeo de las estrellas de las redes, que se están organizando en redes sociales y se están volviendo más activos para regular qué ocurre con su mercado.

"La explotación de editores existe desde que los 'youtubers' requieren de ellos. Son casos muy típicos", explica a El Periódico de España Juan Hernández, Anujbost. "Es un sector de gente muy joven que empezó a editar por las risas y a quienes han terminado timando, pagándoles muy poco o no pagándoles. Y hay gente que cobra muchísimo cada mes y les paga una miseria. No tiene sentido", añade.

El reportaje que publica ese diario sirve para desgranar los males que afectan al universo editor en YouTube, ese mundo poco conocido que está detrás de los contenidos. En cierto modo, todo se puede resumir en "salarios miseria" y "explotación laboral".

Bajos salarios y dinero en negro

Quienes editan vídeos reciben pagos muy bajos (el elemento que hizo que estallase en redes las críticas de estos trabajadores fue una oferta en la que se pedía edición por 70 céntimos para vídeos de TikTok), por trabajos que requieren mucho tiempo (los editores se ven los brutos de imágenes y escogen los mejores momentos: esto puede llevar horas y horas).

Desde la propia industria señalan al diario que los youtubers de mayor calado suelen pagar acorde, pero que son los medianos los que tiran los precios. Además, todo esto se hace muy rápido y con tiempos de trabajo muy cortos, para seguir el ritmo de la red.

La media indica que el 38% de los editores cobra menos de 500 euros al mes y solo un 17% supera los 1500, a lo que se suma que un 39,7% cobra en negro porque, asegura un 63,2%, si tuviese que pagar autónomos no le daría para vivir. Un 58,2% de todos los editores vive de eso.

Más allá de lo que esto supone sobre cómo opera la industria, es un nuevo elemento más que hipoteca la reputación general de los youtubers, que ya estaba bastante tocada.

Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...
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