
Marketing y efectos tras los niños influencers: ¿negocio familiar o pasatiempo en familia?
Por Redacción - 21 Diciembre 2022
Llega la Navidad, las fiestas de familia y de compartir, pero también de compras. ¿Quién no sueña con un regalo? Los pequeños de la casa son los primeros en hacer listas. Los escaparates, los catálogos y la televisión son los canales que las marcas utilizan para llegar hasta ellos. Pero no solo esto: desde hace unos años, los inbox toys, vídeos en los que niños como ellos —los influencers kids— juegan con un juguete y lo comparten, son una de las vías más efectivas para incitarles a pedir y comprar. ¡Y es que los expertos saben que a los niños les gustan tanto los juguetes como ver a otros niños jugar!
Detrás de estos "artistas" hay adultos, familiares y empresarios que hacen negocio. ¿Quién protege a los pequeños vendedores y compradores? ¿Qué consecuencias pueden sufrir? ¿A qué riesgos se exponen?
"Los expertos en marketing saben que, cuanto más fuerte sea la identificación del espectador con el personaje del anuncio publicitario, más credibilidad tendrá el mensaje. Si el niño ve a un igual que aparentemente está divirtiéndose mucho con un determinado juguete, deseará lo que le falta para divertirse tanto: el producto. De este modo se fomenta el deseo en el niño, que, por supuesto, no puede ser consciente de que forma parte de una estrategia comercial. Lo más peligroso es que sean los padres quienes no tengan esta conciencia. Debemos empezar a asumir que llega una nueva generación que, a pesar de no disponer de poder adquisitivo real, tienen una influencia determinante sobre los hábitos de compra familiares", explica Enric Soler, psicólogo relacional y tutor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Esta generación (también conocida como generación T o Touch), "los hijos de los millennials, se inicia en 2010, coincidiendo con la aparición del primer iPad. Es la primera generación 100 % digital y completamente desvinculada de todo lo que sea analógico. Su filosofía se basa en el hecho de que nadie es demasiado pequeño para provocar un cambio. Será una generación hiperconectada y neomaníaca (adicta a las novedades). Cada semana nacen más de 2 millones y medio de Alfa, y se espera que en 2025 sean más de 2.000 millones". Serán más consumidores proactivos que consumidores. "Un consumidor proactivo es alguien que no tiene suficiente con ser cliente de una marca, sino que también quiere colaborar proactivamente con ella. La importancia de las evaluaciones sobre los productos de consumo adquiridos digitalmente podría ser el embrión de este aumento del peso específico del cliente, que podrá influir muy significativamente en el desarrollo de nuevos productos que satisfagan a la sociedad", comenta Soler.
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