Bajo la dirección de Alberto Garzón, el Ministerio de Consumo, planea llevar a cabo un barrido digital en los perfiles de los creadores de contenido españoles, incluyendo perfiles tan famosos como el de las hermanas Pombo, Violeta Mangriñan, Paula Gonu, Manu Ríos y una larga lista. El objetivo principal es garantizar que estos cumplan con la legislación de la Unión Europea sobre prácticas comerciales desleales y sigan el código de autorregulación en vigor desde enero de 2021, que exige que los 'influencers' etiqueten adecuadamente como publicidad aquellos contenidos por los que reciben retribuciones económicas o en especie.
“Se realizará un barrido online y se examinarán las publicaciones de 'influencers' y creadores de contenido para comprobar si cumplen con las obligaciones legales fijadas en las directivas europeas relativas a las prácticas comerciales desleales y al comercio electrónico”, afirma Consumo en un comunicado.
Ya en el pasado agosto, según la Subdirección General de Inspección y Procedimiento Sancionador (SGIPS) de la Dirección General de Consumo, se identificó un alarmante 77.75% de publicaciones promocionales mal etiquetadas o carentes de los hashtags necesarios; #publi, #publicidad #ad #advertising, entre otras posibilidades.
En esta ocasión, la acción, llamémosla preventiva, que ha lanzado el Ministerio se llevará a cabo en coordinación con otros países de la Comisión Europea y sus redes de Cooperación para la Protección del Consumidor con el objetivo de que “el comercio online sea igual de seguro y tenga las mimas garantías que el offline”.
El Ministerio de Consumo ha decidido tomar medidas enérgicas para abordar la cuestión de la publicidad engañosa por parte de los 'influencers'. Estas medidas, que buscan garantizar el cumplimiento de las regulaciones establecidas, incluyen la posibilidad de aplicar sanciones considerables en caso de incumplimiento. En particular, los 'influencers' que no se adhieran a las directrices y legislaciones pertinentes podrán enfrentar multas de hasta cien mil euros.
Es cierto que en algunas actuaciones puede surgir la duda de si se debe etiquetar o no el contenido como publicitario. Esto ha llevado a situaciones de ambigüedad y confusión en las redes sociales. Para abordar esta cuestión, se ha implementado un código de autorregulación y se han proporcionado recursos como el Influencer Legal Hub de la Unión Europea, que ofrece pautas para ayudar a los 'influencers' a comprender mejor cuándo deben etiquetar su contenido como publicidad.
Según esta guía, actividades comerciales como asistir a la inauguración de un restaurante o realizar una reseña de un producto enviado por una empresa, deben etiquetarse como publicidad si generan ingresos para el perfil. Esta herramienta establece que un 'influencer' se convierte en un comerciante cuando actúa como un profesional para su beneficio, lo contrario de un consumidor que no obtiene beneficios directos de sus acciones.
Aunque las formas de marketing de 'influencers' son variadas; patrocinios, trueques o, entre muchas otras modalidades, marketing de afiliación, la ley es clara, resulta imprescindible que el público esté al tanto de que se trata de una acción promocional con beneficios económicos para evitar caer así en publicidad engañosa.