Por Redacción - 3 Octubre 2022
La esencia de la publicidad en internet está en cómo gracias a los datos puede ser personalizada hasta el extremo. Los algoritmos se encargan de escoger a las audiencias más adecuadas para los mensajes más específicos y potencialmente acertados, tanto que en ocasiones resultan excesivamente específicos y por ello un tanto inquietantes.
Pero ¿podría ser la experiencia fuera de la red similar? La idea ni es remota ni nueva. En la televisión, por ejemplo, ya se lleva algún tiempo probando a hacer una segmentación similar a la que hace la publicidad programática, para que no todos los espectadores vean el mismo anuncio sino aquel que encaja con lo que les interesa. Ahora, la inteligencia artificial podría permitir llevar ese concepto de base – la personalización – al mundo real y a cuestiones mucho más prosaicas. Por ejemplo, la carta de un restaurante podría adecuarse solamente a ti y a tus gustos. La IA se encargaría de que fuese lo que realmente se esperaba encontrar.
Una compañía estadounidense, Raydiant, está ya haciéndolo. Por ahora es algo en pruebas pero dejará de serlo a finales de este año que es cuando, como publica Quartz, empezarán a implantar sus puntos de pedido. Raydiant crea quioscos de petición - como los que son cada vez más habituales en las cadenas de comida rápida - pero con un giro.
Una cámara se encargará de escanear al consumidor, fijándose en datos como altura, edad o género (pero no peso o raza) pero también en otros como su estado de ánimo. Para saber la edad se fijarán en cuestiones como las arrugas de la cara. Para establecer el estado de ánimo, partirán de las expresiones pero también de datos contextuales como el tiempo, como por ejemplo si llueve.
Con esos parámetros, hará un ajuste: las opciones de menú mostradas se adecuarán a lo que creen que le interesan. Será la inteligencia artificial la que lo pensará por ellos, personalizando al máximo la oferta. Para los consumidores, será algo único y personal. Para los restaurantes, o eso prometen sus creadores, una manera de vender más.
Y, aunque el uso de estas herramientas abre temas de debate en privacidad (los creadores prometen que será respetada) o responsabilidad (¿qué papel jugarán entonces los restaurantes de comida rápida en que sus consumidores escojan las opciones menos sanas?), la idea dice bastante de hacia dónde van las cosas. Escanear a las personas para ver qué compran no es exactamente nuevo: es como funcionan las tiendas sin cajeros.
Desde Raydiant le explican a Quartz que también es algo que será cada vez más común en retail pero con una visión de marketing. Las marcas van a escanear las caras de sus consumidores de forma cada vez más habitual para meterlos en nichos de consumo y ofrecerles productos que creen que les pueden interesar. Por ejemplo, podría cambiar los anuncios que se ven en las tiendas, para que sean ajustados a los intereses de esos consumidores específicos. La IA se encargaría de leer esas caras y ofrecer esos anuncios, uniendo perfiles y mensajes.
Esto es, en cierto grado, una de las ideas que el retail ha manejado ya desde hace años como vía para personalizar la experiencia de sus compradores. Por ejemplo, la idea de que un sistema señalase a los vendedores quién es la persona que ha entrado para saludarla por su nombre era un ejemplo recurrente de cómo se podían personalizar las tiendas. Ahora, sin embargo, todo queda en manos de la IA. Es la que identifica y es la que cambia experiencias, mensajes e impactos. Puede, como muestra, cambiar lo que se sirve en el digital signage interno a medida que cada consumidor avanza por la tienda.