Por Redacción - 30 Mayo 2016
No falta mucho tiempo para que Apple presente un nuevo iPhone. La noticia es una más de las que se repite en el "año tecnológico" y una que servirá para que aparezcan noticias en diferentes medios generalistas sobre la locura que despierta un teléfono. Al fin y al cabo, siempre habrá alguien haciendo cola delante de alguna de las tiendas de Apple cuando llegue el momento de que salga a la venta. Pero lo cierto es que en esta ocasión Apple no lo tiene tan fácil y la cuestión del "nuevo iPhone" es un poco más compleja.
¿Por qué ocurre esto? En la presentación de los últimos resultados de la compañía, Apple presentó malos resultados financieros. La compañía había retrocedido un 13% en ingresos y estaba viendo como su situación en el mercado no era tan buena como en el pasado. La gran pregunta que despertaba era si Apple había dejado de ser cool.
¿Qué mal acechaba a Apple? En realidad, la cuestión es compleja. Tras años en los que poco importaba lo que lanzase si llevaba el nombre iPhone unido a ello para vender y vender, Apple se ha encontrado de pronto con que las cosas han cambiado de tercio y con que no todo es tan color de rosa. Por un lado, ha perdido tracción en China, un mercado en el que los consumidores se lanzaban siempre a comprar sus terminales no bien tocaban el mercado porque eran un símbolo de estatus. Y, por otro lado, el iPhone y su fiebre se ha enfriado. Los consumidores ya no quieren comprar el terminal con tanta pasión como antes.
Apple le echó la culpa a los "fuertes vientos macroeconómicos en contra", pero los analistas lo ven todo de un modo más complejo. Los nuevos productos de Apple no consiguen enamorar tanto y los consumidores han empezado a ser más críticos con sus productos y con las nuevas versiones que lanzan. Y, para estos críticos, el iPhone ha dejado de ser algo nuevo. Cada versión es un poco de más de lo mismo.
El iPhone tiene que recuperar por tanto su brillo perdido y tiene que volver a conectar con los consumidores. ¿Estará en su nombre la clave para que esto suceda? ¿Tiene que pensar bien Apple cómo llamará a la nueva versión del terminal para que realmente parezca algo atractivo y nuevo?
Como recuerdan en un análisis en BusinessInsider, Apple ha seguido una estrategia bastante básica en lo que a su nombre se refiere para sus nuevos iPhones. La compañía ha ido lanzando una sucesión de números, lo que haría que el próximo terminal, que toca para el mes de septiembre, sea el iPhone 7. ¿Pero lo será realmente?
La rumorología, recuerdan, apuntan a que Apple quiere relanzar el terminal en 2017. Apple planearía un cambio rompedor (rompedor de verdad y no un simple ajuste). Los rumores señalan que cambiará desde la pantalla hasta la tecnología de conexión a la red o la de la pantalla y que el teléfono tendrá un nuevo diseño al completo. Siguiendo la tónica de lo que Apple acostumbra a hacer, a ese teléfono le tocaría llamarse iPhone 7s pero sería un terminal demasiado diferente y demasiado avanzado para ser una simple "S".
Toda esta reflexión va mucho más allá de la simple curiosidad y del simple dato anecdótico. El cómo se llame el iPhone dirá mucho sobre el terminal y, sobre todo, sobre las expectativas que el consumidor tendrá del mismo. Y si Apple quiere recuperar la magia tendrá que escoger un nombre acorde a ello.