Por Redacción - 31 Marzo 2017
Cuando se habla de marketing y de grandes casos de éxito, de marcas que han logrado posicionarse muy bien o de grandes anuncios que se han convertido en virales, se suele hablar de forma recurrente de grandes compañías, de gigantescas multinacionales que tienen grandes presupuestos y que se pelean por contratar a directivos y creativos estrella para posicionar a sus productos y su propia identidad. Las listas suelen estar llenas de nombres como los de Apple, los de Google, los de los gigantes de la industria alimentaria o de las cadenas de comidas, como Starbucks, McDonald"s o BurgerKing, o de grandes enseñas de moda, como pueden ser las firmas de lujo a lo Chanel o a lo Gucci, por poner solo unos pocos ejemplos. Lo extraño suele ser encontrar artículos y análisis en los que aparezca una pequeña tienda de barrio o una empresa de pocos empleados con una cobertura de mercado que, como mucho, llega a la región en la que se encuentra.
Y esto puede hacer que uno se acabe llevando a engaño y que se acabe pensando que todo esto del marketing es importante, sí, pero solo para unos. Se corre el riesgo de pensar que solo las grandes firmas con grandes presupuestos son quienes tienen que hacer marketing y quienes deben tener una estrategia sólida en este terreno y que, por el contrario, para las pymes es solo una cosa a mayores, algo que no es siempre necesario hacer y ante lo que se puede esperar a que sobre dinero para hacerlo.
El marketing es, sin embargo, algo que no está limitado a los grandes nombres y algo en lo que deberían trabajar muchas más que las grandes marcas. En realidad, hacer o no buen marketing no depende de cuánto dinero uno tenga y del presupuesto que le pueda dedicar a esta cuestión, sino más bien de lo que vaya a hacer con ese dinero, del cómo lo haga y de cómo desarrolle y base su estrategia. Esto es lo importante no está en los gruesos de dinero que se dedican a hacer marketing sino más bien al cómo se reparte ese dinero.
Y, por ello, en realidad, cualquier marca y cualquier empresa pueden hacer marketing y deben hacer marketing. Poco importa que se sea una pyme. De hecho, ellas también tienen ciertas razones concretas que hacen que el marketing sea clave en su supervivencia.
Una de las razones por las que todas las empresas, sean del tamaño que sean y operen en el mercado que operen, tienen que centrarse en tener una buena estrategia de marketing está en las propias características del mercado. Cada vez hay más y más compañías intentando hacerse con el mercado y compitiendo por el mismo segmento, intentando convencer a los mismos consumidores. Y esto ocurre, además, en un entorno en el que cada vez es más complicado que esos consumidores se den cuenta de que ese producto o esa marca existen, ya que la abrumadora cantidad de competencia y el elevado volumen de mensajes que los demás generan implica que romper la barrera de entrada es cada vez más difícil. Se necesita al marketing para conseguirlo.
Y, en medio de este mercado cada vez más competitivo y cada vez más saturado, no se puede dejar nada la suerte a la hora de llegar al consumidor. Es necesario tener una identidad clara y ser capaz de destacar sobre los demás. Hay que diferenciarse y hay que posicionarse en ese entorno de un modo diferenciado.
Y muy relacionado con el punto anterior se encuentra este: si ya en el pasado las marcas y las empresas no tenían más remedio que trabajar para posicionarse de forma visible ante sus consumidores, la situación es todavía mucho más evidente y clara hoy en día en este terreno. Unos y otros deben trabajar para posicionarse, para destacar, para ser, en definitiva, visibles. Tienen que evidenciar su existencia ante los consumidores.
Ser visible es crucial, ya que es lo que hace que los consumidores descubran lo que hacemos. Poco importa tener un producto muy bueno o un servicio brillante si, al final, nadie está viendo o recibiendo ese servicio o producto. Tan importante como el producto que acaba de salir al mercado es la estrategia que hará que los consumidores descubran su existencia. Si nadie sabe que tu producto existe, nadie se acercará, al final, a comprarlo.
Igualmente, uno de los errores que se podrían cometer en esta idea de hacer o no hacer marketing es la de caer en la trampa de pensar que hacer marketing es algo muy limitado, algo muy concreto, y olvidar que al final el marketing es algo muy amplio que abarca muchas herramientas y muchos canales que las empresas pueden emplear para llegar a los consumidores. Las redes sociales son, al fin y al cabo, marketing también.