
Cómo China quiere acabar con su imagen de marca low-cost antes de 2025
Por Redacción - 10 Mayo 2018
Durante años, los productos fabricados en China estaban asociados a un cierto valor. Si se le preguntaba a cualquier consumidor por lo que se asociaba a ello y por lo que esperaba de los productos que se vinculaban al made in China, la respuesta iba a estar clara. China era un fabricante de productos de baja calidad, pero que se podían comprar a un precio muy bajo. Era el reino de lo low-cost, del tipo de productos que se vendían en los que primero se conocían como los todo a 100 y que después acabaron siendo directamente los chinos. Los productos no se esperaba que tuviesen mucha calidad, ni una vida útil muy larga, sino simplemente que fuesen baratos y asequibles.
Y, de hecho, esto era lo que se esperaba de todos ellos y en prácticamente todos los casos. Poco importaba que el tipo de producto fuese un caldero de plástico que se iba a usar para el agua de fregar el suelo o que fuese un smartphone. El made in China traía aparejadas ciertas expectativas, tanto positivas (va a costar muy poco) como negativas (durara igualmente poco).
Sin embargo, en los últimos años las cosas han empezado a cambiar. El caso de los smartphones es posiblemente el más paradigmático y se puede seguir sin muchos problemas centrándose en marcas concretas.
Es el caso de por ejemplo Huawei, que empezó siendo la compañía ligada a los teléfonos que daban las operadoras cuando aún fidelizaban así (y que tenían una presencia masiva porque eran baratos) a acabar convirtiéndose en una de las que tienen una mayor cuota de mercado. En el camino pasaron por una apuesta por el diseño de producto y también por un cambio en cómo este se presentaba al mundo.
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