
¿Funcionan las campañas publicitarias en las que las marcas piden perdón por los errores cometidos?
Por Redacción - 18 Julio 2018
Tras la tormenta viene la calma, o eso es lo que dice la sabiduría popular. Para las marcas y para sus responsables de marketing y de comunicación, tras la tormenta viene el trabajo contra reloj para volver a dejar todo como estaba o para que al menos los efectos de la lluvia no se lleven todo el trabajo hecho. Tras la tormenta comienza el momento de intentar posicionarse mejor y de buscar la mejor manera de hacer control de daños. Llega el momento de intentar paliar los daños causados.
El problema puede ser casi cualquier cosa. Puede ser un escándalo vinculado a los socios de la empresa, puede ser una decisión mal tomada que tiene ramificaciones, puede ser una mala gestión o pueden ser unas declaraciones nefastas de un directivo. A veces la compañía en cuestión es claramente culpable, otras veces se mueve entre las sombras de lo que sí y lo que no y otras simplemente es una víctima más de la situación. Pero sea como sea y esté implicada del modo en el que esté implicada, los equipos correspondientes tienen que ponerse en marcha rápidamente para intentar paliar los efectos de lo que se les acaba de venir encima.
Llega el momento de hacer campañas distanciándose de las cosas, intentando transmitir una imagen alternativa y mejor o de simplemente intentar hacer olvidar lo que ha ocurrido. Llega también el momento en el que la marca o la empresa en cuestión hace expiación de sus pecados e intenta que sus consumidores les perdonen. Y nada mejor hay para pedir perdón que hacer una campaña intentando directamente conseguirlo.
Pero ¿funcionan realmente esas campañas de publicidad en las que se pide perdón por los errores cometidos? Lo cierto es que - o al menos eso es lo que dicen los números - no.
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