
¿Son los Precios Psicológicos infalibles? Un estudio acaba de añadir ciertas excepciones
Por Redacción - 1 Agosto 2018
Una de las reglas casi sagradas en el mundo del marketing es la de los precios psicológicos. Solo hay que posicionarse con un cierto precio para llegar al consumidor y para hacer que compre. Ciertos números se ven de un modo mejor y ciertas cantidades ayudan a hacer que los consumidores acaben pasando por caja y haciéndose con los productos.
Sin embargo, la norma tiene excepciones y la idea de que los precios psicológicos van a lograr que se vendan más cosas tiene que ser puesta en barbecho o al menos ser analiza de un modo mucho más crítico. Un estudio de la Hankamer School of Business de la Universidad de Baylor acaba de establecer que para que el precio psicológico funcione tienen que entrar en juego otras cosas.
El tipo de consumidor al que se enfrentan esos precios tiene que encajar con el tipo ante el que estos son más efectivos. En resumen, no todos los consumidores son iguales y no todos piensan del mismo modo en lo que a las compras se refiere y no todos responden igual de bien a los precios psicológicos.
El estudio - que analizó como una muestra de cerca de 1.000 consumidores reaccionaba ante ciertos tipos de precios psicológicos (lo que juegan con cómo se presenta la cifra para hacer que parezcan las cosas más baratas, como los que terminan en 9) - llegó a la conclusión de que existen dos tipos de consumidores y que cada tipo tiene una visión diferente de los precios.
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