
El poder de los productos estrella durante la campaña de Navidad
Por Redacción - 8 Noviembre 2018
Hace unos años, la Patrulla Canina, los personajes estrella de un programa para niños, fueron también los personajes estrella del juguete del año. A menos que hubieses comprado el juguete con muchísima antelación, en diciembre resultaba imposible hacerse con él.
Una de las madres que buscaban uno de esos juguetes ese año reconocía por esas fechas que no iba a haber Centro de Control de la Patrulla Canina, el juguete del año, debajo del árbol, porque no estaba dispuesta a pagar la barbaridad a la que se cotizaba. Tras agotarse en los primeros meses pre-campaña de Navidad, en diciembre y en enero se cotizaba en el mercado negro (por así llamarlo) de los juguetes al doble de su precio habitual. Como si fueran las entradas del concierto del año, la Patrulla Canina era carne de reventa. Aunque cruzases la frontera a Francia o a Portugal, no ibas a encontrar el juguete.
La Patrulla Canina dominó la campaña de 2016, pero otros juguetes protagonizaron las carencias y sequías de las campañas de 2017 y de los años anteriores. Es casi como una especie de elemento esperable de la campaña de Navidad. Un juguete se va poniendo de moda y, a menos que se haya comprado con muchísima antelación, no se encuentra en puntos de venta ya en la recta final de la campaña y en sus semanas fuertes.
Por supuesto, convertirse en el juguete del año tiene detrás mucha estrategia de negocios y mucho marketing. La patronal de los juguetes estadounidense lanza de hecho ya en febrero la lista de las tendencias que esperan que dominen el año y las ventas en la campaña navideña. Las modas se encargaban de hacer el resto.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

