Por Redacción - 14 Noviembre 2018
En la lista de marcas más reconocidas en el mundo una suele estar presente. Coca-Cola no solo es un refresco muy popular, sino que también es una marca con una presencia bastante universal y que los consumidores logran identificar rápidamente. De hecho, los estudios demuestran cómo esta capacidad de ser identificada tiene un poderoso impacto en las decisiones de consumo que toman los ciudadanos.
Entre todas las marcas que se pueden comprar, Coca-Cola es la que más veces es escogida en el proceso de compra, por encima de las demás. Los consumidores la han ido además asociando a valores muy positivos, como la felicidad, lo que ha ayudado a que se posicione de un modo mucho más sólido.
De hecho, en cierto modo es como si coca-cola se hubiese convertido ya así en una palabra, en letras minúsculas, y no solo una marca. ¿Cuántas veces no se ha pedido por defecto cuando se está pidiendo un refresco, como si fuese ya de entrada todo lo que se puede beber?
Pero, a pesar de estas posiciones sólidas y a pesar de ser una de las marcas más valiosas del mundo, Coca-Cola, como compañía, no se queda solo con ello y no se limita a su marca/nombre. La empresa sigue creciendo y sigue comprando o lanzando nuevas marcas.
Desde el punto de vista del negocio, se podría decir que hacerlo tiene mucha lógica si se tiene en cuenta que los refrescos tienen cada vez una fama más mala y se asocian a cada vez más problemas (obesidad, exceso de azúcar, caries, etc). Lograr posicionarse también con otras cosas parece un movimiento bastante inteligente para lograr adelantarse a posibles problemas futuros (y es algo que las grandes compañías parecen estar haciendo ya, más allá de solo el caso de la Coca-Cola).
El movimiento del gigante se puede leer de otro modo también y puede ser una lección para las demás marcas y empresas. Que Coca-Cola también necesite nuevas marcas y nuevos lanzamientos para seguir creciendo y para seguir posicionándose en el mercado recuerda a las demás la necesidad de seguir siempre siendo innovadoras y de continuar en todo momento buscando nuevas vías de posicionamiento en el mercado.
De hecho, Coca-Cola acaba de crear una nueva división, el grupo Global Ventures, para ello. La nueva apuesta, que acaba de presentar a los inversores, tal y como recoge Marketing Week, se centrará en identificar oportunidades y escalar nuevas marcas, sacando también el máximo provecho a las nuevas adquisiciones que hace la multinacional.
Básicamente, serán la avanzadilla que buscará nuevas oportunidades y dará la llave para aprovecharlas. Será quien encuentre el recambio para no depender demasiado de su marca estrella.
Coca-Cola también ha hecho un examen de conciencia, como apuntan en el medio británico. Su CEO, James Quincey, reconoció que no son tan rápidos como querrían en los procesos de escalar nuevas marcas de forma global y que no han sido capaces de unir regiones y mercados. El nuevo grupo, que será liderado por quien hasta ahora era la chief people officer del gigante, Jennifer Mann, tendrá que lograr cubrir esos problemas. Tendrá que ser capaz de encontrar marcas nuevas y lanzarlas de forma global. Coca-Cola quiere no ser solo el dueño de la marca de esa bebida, sino un "compañía total de bebidas".
Para ello tendrán que desarrollar y asentar nuevas marcas.