Estas líneas, en gran parte, nacen como dedicatoria a mi pasión de aquella área del mercadeo que responde la siguiente pregunta: ¿Que subyace en nuestra motivación al entrar en un acto de compra?
La investigación de mercados es la disciplina encargada de dar la más veraz y fructífera respuesta a este cuestionamiento. Es aquella área que establece los cimientos, para posteriormente poner en marcha los artilugios necesarios, y así entender al ser humano desde su condición emocional y racional al actuar como compradores. Sea interna o externa, la práctica de dicha disciplina, con el debido desarrollo, empodera a toda organización de la recursividad necesaria para entender a su mercado prospecto y/u objetivo.
Me atrevería a decir que, el trabajo de consultoría es algo indispensable para la consecución de cualquier objetivo establecido en el área de mercadeo; Eso sí, guardando las proporciones de lo que se quiera lograr. El desarrollo de un nuevo producto y/o servicio, junto con una penetración de mercado, conlleva una investigación más ardua que tácticas para generar una mayor fidelización de clientela. No obstante, en mayor o menor medida, ambos casos requieren de una planeación metódica para la consecución de un objetivo, y así satisfacer unas necesidades puntuales.
Preguntas como "¿Qué?", "¿Cuándo?", "¿Como?" y "¿Donde?", entre otras, son comúnmente usadas como base para detonar tácticas dentro del área de mercadeo empresarial, sin embargo, la investigación de mercados funciona como una arista estratégica en la evolución de dichos cuestionamientos, y así, el equipo de trabajo puede conocer a profundidad lo que subyace en lo racional del comprador. Al final, cuando estamos bajo el papel de "compradores", gran porcentaje de nuestras acciones se dan desde el ámbito emocional; aquí se observa lo valioso de entender a profundidad las características psicográficas.
Estas envuelven lo concerniente a la personalidad del comprador, su clase social, estilo de vida, comportamiento aspiracional, influencia en costumbres, entre otras. Si lo que se requiere es verdaderamente conocer las necesidades y expectativas de nuestros clientes y/o prospectos, para así satisfacerlas con creces, ¿No creen que la mejor forma de entender el acto de compra de las personas es reduciéndose a su cultura y personalidad? En otras palabras, la epistemología en la mercadotecnia.
En la actualidad, sufrimos de una gran influencia social que nos ha ido sumergiendo en comunidades consumistas. La necesidad inconsciente de hacer parte del pico de una pirámide de estatus social nutre, en ciertos casos, el impulso emocional de compra, más allá del racional. Las empresas deben de tener en cuenta este comportamiento al momento de llevar a cabo un plan investigativo, y desarrollar el mismo para su conveniencia y la del comprador. Nosotros, desde que comienza el día, estamos siendo bombardeados por publicidad, y la interconectividad actual crea estímulos eficientes, para que al final nos dejemos seducir por la promocion de cualquier producto y/o servicio.
Además, la entrada de nuevos formatos de compra ha contribuido a la conveniencia de las personas, donde nos encontramos con un cliente omnipresente en diferentes canales para todo tipo de compra; buscando el ahorro monetario. Comportamientos como el mencionado anteriormente tienen una diáfana visualización bajo la óptica de la investigación de mercados. Es esta herramienta la encargada de escudriñar aquel animal social que en muchas ocasiones lleva a cabo compras con un déficit racional en su proceder; el ser humano.
A manera de epilogo, les dejo la siguiente pregunta: ¿Por qué las personas han decidido ser clientes y comprar X o Y producto? La respuesta varía de acuerdo con la perspectiva de cada uno, pero acuérdense que nos encontramos en un mundo con reinvenciones frecuentes, y el cliente forma parte del núcleo social en todo mercado. De esta forma los invito a investigar constantemente sobre sus mercados, y así sacar el mayor provecho de sus estrategias.