Por Redacción - 7 Septiembre 2020
A principios de año hubiese sido imposible predecir lo que se nos venía encima y cómo cambiarían las cosas durante este 2020. La crisis del coronavirus ha tomado un cariz y un alcance difícil de predecir y también uno para que el que pocos estaban preparados.
Para las empresas, la situación entró dentro de lo nunca visto. Aunque en el pasado habían tenido que enfrentarse a crisis, como la económica de hace unos años, no se habían visto arrastradas a una crisis global vinculada a una pandemia como esta.
Por tanto, la respuesta fue un tanto a ciegas. Las compañías tuvieron que ir parcheando lo que hacían y cómo lo hacían a medida que iban avanzando las semanas. Para los marketeros, estos días estuvieron llenos de preguntas, dudas y situaciones complejas.
Al fin y al cabo, la situación era muy delicada y seguir vendiendo productos en medio del caos general parecía algo un tanto de mal gusto (aunque los estudios dejaban claro que los consumidores querían una cierta normalidad y que esperaban, de hecho, que las marcas siguiesen anunciándose).
Ahora, que han pasado ya unos cuantos meses, se conoce mejor la situación y los mercados están en una posición muy diferente a la que ocupaban en marzo, es momento de hacer balance. Y, en marketing, las cuentas no salen exactamente bien.
De hecho, un estudio acaba de demostrar que los marketeros no están muy conformes con cómo actuaron sus marcas y cómo respondieron a la situación. Según las conclusiones del análisis, realizado por Forsman & Bodenfors y que parte de una serie de preguntas a decision-makers en marketing de empresas canadienses y estadounidenses, prácticamente la mitad no ven bien las cosas.
El 49% reconoce que no está satisfecho con lo que sus marcas hicieron durante los tres primeros meses de la pandemia o con el discurso que se adoptó durante ese período.
Los marketeros en cuestión reconocen que se sintieron paralizados por la situación y por el no saber cómo responder y cómo actuar. A unos cuantos meses vista, creen que erraron y que no lograron transmitir los valores de sus marcas durante esos complicados meses.
Como explican en las conclusiones del estudio, la crisis y el análisis de las acciones de las marcas han demostrado la importancia de la resiliencia. Ser capaz de responder a las circunstancias sean cuales sean y adaptarse al momento fue crucial y lo seguirá siendo en el futuro.
La crisis del coronavirus ha demostrado además que los consumidores quieren que las compañías reaccionen, se impliquen y estén conectadas a lo que pasa en el mundo. No hacerlo implica perder oportunidades y alejarse de los consumidores.
Para aquellas compañías que no hicieron bien las cosas durante ese período y que fallaron en la primera respuesta no todo está perdido. Todavía pueden recuperar posiciones en el mercado y reconectarse con los consumidores pero deben hacerlo ya, no pueden perder más tiempo. Y, sobre todo, deben aprender de lo que ha ocurrido una lección sobre el mercado y sobre lo que deben hacer las empresas.