Es frecuente observar en ciertas empresas como contraponen a dos tipos de marketing en su organización como si fuesen funciones y áreas independientes. Mientras que uno se suele ubicar en el área de comunicación, el otro casi siempre se aloja en el departamento de marketing y/o ventas. Esa diferencia dice mucho de una empresa y creo que nada bueno...
Cuando hablamos del marketing corporativo estamos haciendo referencia a todas la acciones, estrategias y comunicaciones que se vinculan directamente con la empresa como organización, mientras que el marketing de productos es exactamente lo mismo, salvo que aplicado solo al producto o servicio que comercializamos. Como os decía en la entradilla, son dos tipos de marketing que suelen tener ámbitos de desarrollo diferente, profesionales diferentes e incluso y mucho más preocupante, estrategias diferentes, en ocasión antagónicas. No debería de ser así para desarrollar un marketing eficiente 360º.
El producto o servicio es consecuencia de quien es la empresa y de cómo quiere atender a su cliente, no es un área independiente de la organización, no es un reino de taifa que no se quiere relacionar con quien lo produce y lo comercializa. Es por ello por lo que debemos potenciar lo que producimos (ofertamos) y para quién lo producimos con intangibles que supongan valor para el cliente, por esta razón el marketing corporativo no debe estar al margen o contrapuesto al marketing de productos, sino que tiene que ser el paraguas o estancia donde se debe alojar. Los productos pasan, las empresas tienen la misión de perdurar. Además, algo que está absolutamente comprobado es que empresas con marketing corporativos potentes, eficientes, impactantes, valorados por la comunidad, requieren de menos recursos y de un marketing menos potente en cuanto a sus productos, la razón es clara, los clientes se fían de quién oferta el producto, y si creen en la empresa, saben que no les va a defraudar.
El marketing corporativo siempre me ha parecido unos de los aspectos más importantes en las empresas, pero no solo en las grandes compañías, sino que el emprendedor, el iniciador de una start up, siempre debe estar preocupado por transmitir, vender y promocionar quien es como empresa, que valores posee, cuales son sus principios, como entiende al cliente, como se relaciona con la comunidad, con sus accionistas, con sus trabajadores, todo esto es ámbito y objetivo del marketing corporativo y quien debe dirigirlo es sin duda, en mi opinión, el máximo responsable de la empresa, esta es una tarea que no se puede delegar, salvo los aspectos técnicos a otros profesionales.
El marketing de producto es nuestro esfuerzo por hacer ver al cliente que nuestra oferta es la que más le interesa para que nos la compre, por que la hemos diseñado pensando en sus deseos y necesidades. Hoy día yo no hablo de marketing de producto, sino de marketing de la oferta, que es mucho más acertado y ajustado a lo que la empresa debe trabajar.
Sabemos que las ventas se producen cuando el cliente alcanza un nivel de confianza suficiente en el vendedor (en este caso la empresa), pues probablemente el nivel de confianza proyectado en el cliente sea provocado en un alto tanto por ciento por el marketing corporativo y el deseo final de cerrar la compra, sea más misión de ese marketing de la oferta, por lo tanto, ni pueden ser antagónicos, ni no coordinados, ni incoherentes, ni exhibirlos como contrapuestos, creo sinceramente, por todo esto que os cuento, que no deberían de estar en departamentos diferentes sino que el corporativo debe ser el campo donde "sembrar" el marketing de la oferta.
Por tanto, hablar y trabajarlos como conceptos ajenos al marketing corporativo y al marketing de la oferta, es dar por sentado que en la empresa no se asume que hacemos y ofertamos lo que somos y si eso no es percibido por el cliente o lo ve como diferente entre lo que dice que es la empresa y lo que oferta, suele generar desconfianza, por ende, malos resultados y no solo en ventas... El gran valor de Apple, Ferrari, Mercadona, Manolo García, y muchas otras empresas o marcas profesionales que venden todo lo que producen incluso antes de desarrollar el marketing de la oferta, esta más en su poder y confianza que genera su marketing corporativo más que por lo que ofertan... y esa ha de ser la ambición de cualquier empresa que pretenda conquistar clientes, que le guste lo que somos y aceptará casi todo lo que ofertemos. Convertirlos a esos clientes en fieles y prescriptores es un trabajo compartido del marketing corporativo y del marketing de la oferta