
Si la lealtad a la marca siempre fue importante, en tiempos complejos como estos lo es todavía más
Por Redacción - 20 Noviembre 2020
La campaña de Navidad es, y esto es ya una verdad de Perogrullo, el momento crucial en ventas del año para muchas compañías y para muchos sectores. Por tanto, los marketeros deben afinar de forma eficiente qué hacen y cómo, conectando de un modo mucho más eficaz con los consumidores. Deben lograr sacar el máximo partido posible a la campaña navideña y maximizar los resultados de ventas.
Esto es así año tras año, pero es todavía más importante en un año como este, en el que los marketeros deben enfrentarse al lastre que han supuesto a lo largo de los meses precedentes las caídas de las ventas. El coronavirus ha cambiado por completo todo lo que las empresas hacen y ha obligado a tomar decisiones nuevas.
Para las compañías, la crisis sanitaria ha supuesto una ruptura en sus relaciones con los consumidores, con cierres de tiendas, caídas en ventas o la necesidad de reajustar casi sobre la marcha la estrategia de marketing y publicidad.
La campaña de Navidad se ha posicionado a lo largo del año como una suerte de esperanza, como un potencial momento salvador que logrará recuperar lo perdido. Sin embargo, ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina está quedando claro que la realidad no es tan sencilla.
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