Por Redacción - 6 Abril 2022
¿Es una de tantas de esas cosas fallidas con las que las marcas quieren demostrar que molan? ¿O es en realidad una prueba tangible más de lo que los analistas llevan diciendo ya algún tiempo, el que la frontera entre lo digital y lo físico es cada vez más difusa? Viendo de quién llega este movimiento - y como tiene detrás todo un gran entramado para estudiar el mercado - casi se puede asumir que se trata de lo segundo.
Coca-Cola va a lanzar un nuevo - y sorprendente - sabor en su próxima versión de su popular refresco. La nueva versión se llama Coca-Cola Zero Sugar Byte, saldrá esta primavera en Estados Unidos (hasta el 2 de mayo no se podrá adquirir y llegará a la web de Coca-cola con una cantidad limitada de latas) y tiene un sabor, tal y como promete su fabricante, a píxeles.
"Una visión temprana de esta bebida apareció en una nueva isla creada en Fortnite", asegura la propia Coca-Cola, tal y como recoge Cnet. Más allá de si saber si los píxeles saben o no a algo, la cuestión detrás de esta nueva bebida es el tirón de los mundos digitales. La bebida nació en Fortnite y, mientras no llega al mercado del mundo real, se la puede encontrar en el metaverso.
De hecho, es la prueba hecha refresco de que las fronteras entre lo digital y lo físico son cada vez más borrosas. La propia Coca-Cola acaba hablando de eso en las declaraciones que ha hecho a los medios, donde habla de que Coca-Cola Zero Sugar Byte "da vida al sabor de los píxeles en una bebida que trasciende tanto los universos físicos como digitales".
Por tanto, la lección que debemos aprender de este movimiento es que el comprender cómo lo digital y lo físico se unen va mucho más allá de simplemente lo que pasa en el retail. En esta industria se lleva ya algún tiempo abordando esta realidad y hablando de conceptos como lo phygital. Es una fusión entre la tienda, lo digital y todo lo que estos mundos pueden ofrecer.
Las tiendas de Amazon Go son un ejemplo perfecto para comprender qué implica. El consumidor está entrando en una tienda física y comprando productos tangibles, pero lo hace en un entorno fuertemente digitalizado en el que su experiencia se gestiona y se crea desde el universo de la tecnología. Los beneficios de uno y de otro están presentes y se fusionan para lograr la experiencia de compra que el consumidor espera.
Ahí está la clave que explica esta porosidad entre los dos mundos. Los consumidores se han acostumbrado a muchos de los servicios que ofrecen los entornos digitales, como la rapidez o la personalización, pero, a pesar de las previsiones más catastrofistas, no están dispuestos a renunciar a los entornos físicos y a los productos que pueden tocar y probar. Esto obliga a las compañías a crear realidades que fusionen ambas cuestiones y que beban de lo mejor de ambos mundos.
Igualmente, el boom del metaverso y el crecimiento de la realidad virtual tendrán un impacto aún mayor en este tipo de realidades mezcladas. Los consumidores pasarán casi de forma más fácil y orgánica de un mundo a otro, lo que llevará a que las pocas fronteras que quedan se borren todavía más.