Las empresas existen por la simple circunstancia de que hay una comunidad que necesita de su labor. El marketing es la disciplina que muestra cual es exactamente el nivel de involucración y compromiso que tiene la empresa que con esa comunidad. Sin vocación de servicio o cuando el servicio prestado no es del agrado del cliente, quedan fuera del mercado
Diseñar ofertas de valor en marketing es una de funciones determinantes en el éxito comercial de la empresa. Comunicar y establecer relaciones de valor con los clientes, el soporte para que esa oferta de valor sea de interés para el cliente, pero el axioma que se impone es sin duda que la empresa ha orientarse a la prestación de servicio, porque ese ha de ser su principal valor, la vocación de servir al mercado, al cliente. La empresa en general y el marketing en particular son los medios a través de los cuales los clientes obtienen los servicios que quieren, necesitan o desean. Son las encargadas de aportar las soluciones a sus problemas, carencias y deseos.
Pero exactamente ¿que supone eso de la vocación de servicio? No es fácil de definir esta misión, tanto es así, que cada empresa posee criterios diferentes para ponerlo en práctica, pero si podemos asegurar que de manera común y en mi opinión, debería recoger al menos estos aspectos:
Es posible que muchos de los/as que estáis leyendo este contenido piensen que esta es una visión muy filantrópica de la empresa, que la razón de esta es ganar dinero como sea y crecer de manera importante para competir. Esa forma de entender la empresa y el marketing, creo que refleja épocas pasadas, donde eran otros los escenarios en los que actuaba la empresa (no dudo de que haya muchas organizaciones todavía en este perfil, pero vean su nivel de competitividad), pero hoy día el alto nivel de competitividad entre empresas, así como los condicionantes socioeconómicos reinantes (cultura, hábitos, valores, rentas, etc.) en los mercados desarrollados, hace que la empresa con intención de ganar en la competición por la conquista de mercados, se ha de convertir un aliado del cliente (real, no impostado) y que su marketing ha de mostrar, demostrar y confirmar que esto es así efectivamente.
Las ventas son la consumación de cuanto valora el cliente el servicio prestado pero el ratio o KPI que indica nuestro éxito es el nivel de fidelización directa e indirecta que obtenemos. No hay empresa más competitiva que la que posee en su core business una vocación de servicio desmedida, real y ajustada a hacer feliz al cliente, ni marketing de más impacto que ese que convence al cliente elegido por la marca, de que esa vocación de servicio es la misión de la empresa, no otra.