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Las bondades del Marketing y la carrera por vender de muchas empresas y marcas: un problema que afecta a toda la industria tecnológica

Las empresas se centran en vender la última tecnología, sin importar si esta está realmente lista para su uso o si cumple con los estándares esperados. 

Por Redacción - 3 Mayo 2024

El mundo de la tecnología se mueve a un ritmo vertiginoso, impulsado por una fuente presión de innovaciones constantes demandadas por una agresiva competencia. Las grandes compañías se apresuran a lanzar nuevos productos, prometiendo las mejores características y el mayor rendimiento, a menudo con bombásticas campañas de marketing que magnifican sus virtudes. Sin embargo, esta carrera desenfrenada por vender a toda costa parece estar cobrando un precio alarmante: la calidad de los productos.

Un claro ejemplo de esta situación lo encontramos en el reciente escándalo que envuelve a los procesadores Intel i9-13900K e i9-14900K. Las pruebas de estabilidad realizadas por expertos han revelado que ni la mitad de estas CPU logran un funcionamiento estable utilizando la configuración automática de las placas base. Pero este problema no es nuevo. También recientemente, el lanzamiento de otros productos como las tarjetas gráficas RTX 4090 de Nvidia, ha estado marcado por graves fallos de funcionamiento, con unidades que incluso llegaron a arder debido a problemas con sus adaptadores de alientación de corriente. Ambos casos, sirven como ejemplo y ponen de manifiesto una preocupante tendencia: la presión por lanzar y vender productos nuevos cuanto antes, a menudo sin un desarrollo y pruebas exhaustivas, está llevando a que lleguen al mercado con fallos importantes que afectan directamente a la experiencia del usuario.

La problemática de la calidad que se observa en los procesadores Intel no es un caso aislado. Esta tendencia se repite en toda la industria tecnológica, donde la presión por lanzar y vender productos nuevos a toda costa está llevando a que muchos dispositivos móviles salgan al mercado con bugs, fallos técnicos e incluso defectos de fabricación. Un ejemplo paradigmático de esto fueron los famosos teléfonos plegables, que tras una oleada de campañas de publicidad y marketing que prometían un futuro revolucionario en la telefonía móvil, llegaron al mercado plagados de problemas. Los usuarios experimentaron desde pantallas que se agrietaban fácilmente hasta problemas de software que impedían el correcto funcionamiento de los dispositivos.

Las razones detrás detrás de todo ello pueden resultar algo más que complejas. La competencia en el mercado tecnológico es feroz, y las empresas se ven obligadas a lanzar nuevos productos constantemente para no quedarse atrás. Esto las impulsa a acortar los tiempos de desarrollo y pruebas, lo que aumenta el riesgo de que los productos salgan al mercado con fallos. Por otro lado, la presión por generar ingresos rápidos también juega un papel importante. Las empresas necesitan vender sus productos lo antes posible para recuperar la inversión realizada en su desarrollo y marketing. Esto las lleva a priorizar la cantidad sobre la calidad, lanzando productos al mercado incluso si no están completamente listos.

Por ejemplo, el iPhone 14 Pro Max, uno de los últimos buques insignia de Apple, también enfrentó problemas de calidad, como cámaras traseras defectuosas y problemas de batería que provocan sobrecalentamiento. Sin embargo, antes de todo ello, Apple bombardeaba con su publicidad a través de todo tipo de medios las bondades y características destacadas de su producto, generando grandes expectativas entre los consumidores.

Pero Apple no es la única. Samsung, Google, Xiaomi o OnePlus entre otras marcas también han tenido que hacer frente a las críticas por los problemas que los usuarios y consumidores experimentaron con algunos de sus productos y dispositivos móviles. La obsesión por la innovación y la cuota de mercado parece haber relegado a un segundo plano el compromiso con la calidad. Las empresas se centran en vender la última tecnología, sin importar si esta está realmente lista para su uso o si cumple con los estándares esperados.

Muchos analistas señalan que estos fallos podrían estar relacionados con problemas de control de calidad durante la fabricación del dispositivo, mientras que otros apuntan a posibles defectos en el software que podrían solucionarse con futuras actualizaciones.

Las principales marcas dedican grandes recursos a elaborar estrategias de marketing meticulosas que resalten lo mejor de sus productos.

Estas campañas se centran en destacar las características más atractivas, el rendimiento sobresaliente y la innovación tecnológica de sus dispositivos. Sin embargo, rara vez estas estrategias de marketing abordan o advierten sobre posibles problemas de calidad que puedan surgir con los productos. Las marcas se esmeran por mantener una imagen de excelencia y calidad superior. Reconocer públicamente defectos en sus productos podría afectar negativamente esta imagen y minar la confianza de los consumidores. Además, revelar fallos podría brindar una ventaja competitiva a otros, por lo que se prefiere mantener la discreción al respecto. Las marcas asumen que los consumidores están más interesados en las bondades y el desempeño general del producto que en conocer detalles sobre posibles contratiempos.

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