Noticia Negocios y Empresas

No escuchar a los clientes ni analizar sus comportamientos de forma continua es una receta para el fracaso

Aquellas empresas que no entienden las expectativas del consumidor en términos de conveniencia y accesibilidad corren el riesgo de ser desplazadas por competidores más ágiles

Por Redacción - 13 Febrero 2025

Las empresas que no se adaptan a las expectativas, la evolución de los hábitos de los consumidores o que no monitorean constantemente sus necesidades están condenadas a perder relevancia en un mercado cada vez más competitivo. El impacto negativo de no hacerlo se ha hecho evidente a lo largo de la historia empresarial reciente, con casos emblemáticos de grandes marcas que no supieron interpretar las señales del mercado y terminaron pagando un alto precio.

El caso de empresas y marcas como Kodak son uno de los ejemplos más icónicos. Durante años, la compañía fue sinónimo de fotografía, dominando el mercado de cámaras de película. Sin embargo, no anticipó el cambio hacia la fotografía digital, un cambio impulsado por las expectativas de los consumidores que buscaban opciones más rápidas y convenientes. Aunque Kodak fue pionera en la tecnología digital, no comprendió la magnitud del cambio que se estaba produciendo y no apostó lo suficiente por el futuro digital. En lugar de capitalizar esta transición, la empresa se aferró a un modelo de negocio que dependía de la película, mientras que los consumidores adoptaban rápidamente nuevas tecnologías. La falta de escucha activa al consumidor, sumada a una visión cerrada sobre el futuro, llevó a Kodak a la obsolescencia, dejando una lección fundamental: adaptarse a los cambios en las expectativas de los consumidores es crucial para la supervivencia empresarial.

Otro ejemplo relevante es Blockbuster, que dominó la industria de alquiler de videos durante años, pero no pudo adaptarse al cambio de comportamiento de los consumidores que preferían la conveniencia de ver películas desde sus hogares a través de plataformas de streaming como Netflix. Blockbuster, al igual que Kodak, no analizó correctamente la evolución de las expectativas del consumidor. Mientras que sus clientes se inclinaban por servicios más cómodos, como el alquiler online, Blockbuster se mantuvo anclada a su modelo de negocio de tiendas físicas, ignorando las señales de que la tecnología estaba transformando el mercado. En cambio, Netflix entendió las necesidades cambiantes del consumidor, se adaptó rápidamente a la demanda del streaming y pasó de ser un servicio de alquiler de DVD por correo a un gigante global de entretenimiento digital. La capacidad de escuchar a los clientes y anticipar sus comportamientos es esencial para no quedar atrás.

BlackBerry ofrece otro claro ejemplo de cómo no escuchar al consumidor puede resultar fatal. Aunque en su apogeo la compañía canadiense era líder en teléfonos inteligentes, no supo predecir la transición hacia dispositivos más versátiles, como los de Apple y Android. Los consumidores estaban buscando teléfonos con pantallas táctiles, aplicaciones y una experiencia más intuitiva, algo que BlackBerry no supo proporcionar. En lugar de adaptarse, BlackBerry se quedó en un mercado de nicho, ignorando la demanda generalizada por smartphones más innovadores. Al no reconocer a tiempo las expectativas de los consumidores por dispositivos más flexibles, BlackBerry perdió su cuota de mercado y desapareció de la vanguardia tecnológica.

--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

Más Leídos
Continua Leyendo...
Contenidos Patrocinados
ADS
Promocionados