En un entorno de marketing y dirección estratégica, la ventaja competitiva es una ventaja que una compañía tiene respecto a su competencia.
Este es un término que fue acuñado en el mundo de la estrategia de negocio por Michael Porter en 1984. Según Michael Porter, puede considerarse que una empresa tiene ventajas competitivas si su rentabilidad está por encima de la rentabilidad media del sector industrial en el que se desempeña.
La definición del término inicial es sencilla: si tu negocio puede producir más barato que la competencia o puede entregar mayor valor percibido, o una mezcla de los dos, entonces tiene ventaja competitiva.
Después Warren Buffet, el magnate de los negocios, decía que él evaluaba una Compañía por su "ventaja competitiva sostenida". Incluir aquí el término "sostenida" implica añadir a esa ventaja el hecho de que los competidores no logran duplicarlo a lo largo del tiempo.
Poseer una ventaja competitiva no significa necesariamente ser siempre el mejor, sólo implica que debe existir algo que los consumidores identifican como mejor, tanto si es consciente como inconscientemente, y que les motive a preferir tu producto frente a los de su competencia.
Sin duda contar con una ventaja competitiva es un elemento principal de la estrategia de negocio. Proporcionar mayor valor evita convertirse en un commodity. Pero donde no es posible llegar a través del I+D, es posible alcanzar una ventaja competitiva a través del valor de marca.
Veamos por ejemplo el mercado del automóvil. Muchos han apostado por valores como la seguridad, la tecnología o el precio. BMW ha sabido conseguir una importante ventaja competitiva, que le sitúa como líder de ventas dentro del sector de vehículos Premium, sencillamente situando a la marca como centro de todo. El valor real de BMW reside en su propia marca, la cual imprime a los consumidores que la adquieren prestigio, deportividad, estatus social y económico o distinción. Os recomiendo el interesantísimo estudio al respecto de Javier Píriz.
Pero mantener una ventaja competitiva basada en la marca a lo largo del tiempo no resulta nada facil. Recientemente hemos visto como Estrella Damm ha sabido dar un giro a su "Mediterraneamente", enfocado en verano y fiesta, hacia otra dirección mucho más amplia que lo traslada a un modo de entender la vida que abre la puerta, por ejemplo, a la cultura.
Disponer de ventaja competitiva implica no dormirse en los laureles, tanto si la consigues funcional como emocionalmente. El estancamiento es el primer síntoma de pérdida de dicha ventaja. Veamos si no el caso de eBay, en su origen fue una completa revolución en el negocio de compra-venta entre particulares y sigue siendo la marca dominante en ese segmento. Una ventaja conseguida a partir de la oportunidad, su software sencillo, su sistema de pago Pay-Pal y sus métodos de clasificación. A pesar de ello, los beneficios de la Compañía han ido disminuyendo desde hace 7 años. El valor de eBay se ha estancado, lo que significa que su ventaja competitiva también. Sigue teniendo una posición preferente pero debe reconsiderar su situación para que la marca continúe gozando de buena salud, lo que implicará que sigue gozando de la preferencia del público. Un camino válido puede ser extendiendo su ventaja, por ejemplo, a través de la banca online aprovechando sus sistemas de pago. Si eBay logra crear una ventaja competitiva en los sistemas de pago a través de teléfono, estará extendiendo su ventaja original y asegurándose el porvenir.
Como vemos, en un mercado tan cambiante como el actual, no existen ventajas competitivas que se puedan mantener durante mucho tiempo. Tal vez la única ventaja competitiva de largo recorrido sea que una empresa pueda estar alerta y sea tan ágil como para poder encontrar siempre una ventaja sin importar lo que pueda ocurrir.