Las nuevas tecnologías tienen, hoy en día, un papel fundamental en la sociedad y en la vida de cualquiera de nosotros. Su impacto no solo ha cambiado la forma de interactuar de las personas, sino que también ha supuesto una revolución para el comercio electrónico.
La rapidez que impone el estilo de vida moderno, en el que no siempre hay tiempo para cocinar, las largas jornadas de trabajo y los cambios en la organización familiar, unido a la generalización del uso de Internet, han impulsado el sector de la comida a domicilio en todo el mundo. Este modelo de negocio ha experimentado un incremento a lo largo de los últimos años que demuestra que, pese a las creencias y la crisis, el take away funciona, y, más en España, donde el negocio crece más que en el resto de países.
¿Dónde está la clave? Es sencillo: equilibrar oferta y demanda; unir una buena plataforma con un excelente producto y hacer la vida más fácil al usuario. En 2010, en España, sólo 2,5 millones de personas utilizaban Internet a diario y pedían una comida a domicilio al mes. Parecía que no había mercado, pero el problema no era tanto de demanda, sino de oferta.
Como Marketplace, las plataformas de comida a domicilio en Internet han facilitado una respuesta a un mercado hasta entonces insuficiente; los usuarios pedían algo más que una pizza o unos rollitos de primavera. Hemos aportado variedad, comodidad y un servicio rápido, fácil y cómodo de usar. Previamente sólo existían folletos en los buzones que invitaban a pedir -por teléfono- a domicilio, pero gracias a las nuevas webs, con un gestor tan sencillo como introducir el código postal, el usuario tiene a su alcance todos los restaurantes que reparten en el lugar donde se encuentra.
¿Qué descubren los establecimientos en estas plataformas? Algo sencillo pero muy productivo: cómo incrementar su cartera de clientes y, por tanto, su facturación. El cliente no se mueve; es el restaurante el que va a él, y en tan solo dos meses la rentabilidad es una realidad. Sólo tienen que instalar un datafono que funciona con GPS y que permite recibir en tiempo real el pedido que realiza el usuario desde su hogar u oficina. Así, en una época de crisis en la que el sector de la restauración es uno de los que más afectados, sufre, unirse a este modelo de negocio en Internet puede ser una decisión muy fructífera y acertada.
¿Y si a esto sumamos que los hábitos cambian? Teniendo en cuenta el ritmo frenético diario y que el poco tiempo libre que tenemos preferimos emplearlo en ocio antes que en la cocina unido al auge e incursión en nuestra vida de la tecnología (móviles, tablets, Internet y redes sociales) podemos decir que el Smartphone se ha convertido en una herramienta clave. Poco a poco el sector hostelero está afrontando el reto de adaptarse a que el usuario pida a través de una App y que comparta su opinión en las redes sociales. Es cada vez más notorio que los restaurantes ya no ven en las nuevas tecnologías una amenaza, sino una oportunidad, y sin duda esto es algo que está repercutiendo muy positivamente en la rentabilidad del sector.
El hecho de pedir un menú a través de un ordenador o de la aplicación de un móvil aporta al restaurador la posibilidad de disponer de una nueva línea de negocio y un nuevo canal de venta, un 15 y un 25 por ciento más de facturación, así como la disposición de diversas herramientas de marketing para darse a conocer. Llegar a miles de usuarios hambrientos a través de una plataforma segura e intuitiva en la que dar a conocer sus platos les genera más pedidos y más ingresos.
Comodidad para el usuario
Al mismo tiempo, usuario, que busca más calidad de vida, puede dedicarse a sus hobbies, a su familia, a sus amigos; no perder tiempo en la cocina y la posibilidad de que su paladar descubra una gran variedad de cocinas de todo el mundo sin moverse de su sofá es impactante.
¿Cuál es el perfil de usuario un servicio en Internet como este? Amplio y heterogéneo: todo internauta al que no le apetezca cocinar. Hay un grupo de consumidores que, por edad, estilo de vida y costumbres, así como por la familiaridad con el uso de las nuevas tecnologías, son los que más demandan este servicio. Un claro ejemplo son los jóvenes, una generación nacida en la era de la tecnología -la generación de la consola- que utiliza con frecuencia Internet- Ellos confían en la compra a través del comercio electrónico y buscan la comida a domicilio p a precios asequibles, pero al tiempo son exigentes con la calidad del servicio.
El 95 por ciento son usuarios de 18 a 45 años y que viven solos o en pareja; el porcentaje entre mujeres y hombre es muy similar. Viven en medianas y grandes ciudades, cuentan con horarios laborales a tiempo completo que suele prolongarse hasta tarde en la oficina; un público urbano y muy ocupado al que un servicio de este tipo le hace más fácil su día a día.
Sabiendo que el sector de la comida a domicilio es, a día de hoy, sinónimo de éxito, desde el sector miramos con optimismo el desarrollo de un mercado en el que hemos sabido ofrecer, desde el primer momento, lo que nuestra audiencia demandaba.