Artículo Negocios y Empresas

Cómo las marcas hicieron que Halloween llegase a España y se convirtiera en negocio

Resulta curioso ver cómo ha evolucionado en la última década el interés de los consumidores en Halloween

Por Redacción - 15 Octubre 2014

Una de las últimas newsletters de Groupalia, una de las páginas de ventas sociales que tan de moda estuvo hace unos años (y cuyo sector está viéndose obligado a la reinvención), acaba de usar como elemento para el asunto de su mail (y conseguir por tanto que todo el mundo haga clic y lo abra) un reclamo muy al hilo de las fechas: "disfraz de Elsa, reina de las nieves". Y si alguien se pregunta por qué puede triunfar el reclamo de un disfraz cuando aún no estamos en febrero - y por tanto no es Carnaval - es porque ha pasado los últimos años viviendo, como mínimo, como un ermitaño.

Puede que hace 20 años los escolares celebrasen en octubre el magosto en su colegio y comiesen castañas. Puede que hace 50 o 60 años lo único diferente que se pudiese esperar de octubre fuesen los buñuelos y los huesos de santo. Ahora octubre es el mes de Halloween y todas las empresas hacen ingentes esfuerzos en recordárselo a sus consumidores.

Resulta curioso ver cómo ha evolucionado en la última década el interés de los consumidores en Halloween. Google Trends es perfecto para verlo. Desde 2005, cuando la herramienta empieza a medir las tendencias de búsqueda en España, puede verse como la fiesta ha ido ganando en popularidad de forma sostenida con un pico de búsquedas temporal que año tras año es más alto.

Algo parecido sucede con Samain, la denominación que está ganando adeptos en el norte de España (Galicia es el punto caliente de este revival) y que toma el pasado celta de la fiesta para defender cierta pertenencia a ella.

El interés por Halloween es algo completamente reciente. El corpus de libros en castellano (que permite consultar otra herramienta de Google, Ngram View) así lo demuestra: nadie hablaba realmente de Halloween (a pesar de un pequeño pico en los 1900) hasta que la palabra empieza a aparecer en los libros en los 80 y escala de forma masiva a partir de 1995. Curiosamente, la tendencia es la inversa cuando se habla del que ahora empieza a ponerse de moda Samain.

De esa cifra la mejor parte se la llevan las golosinas y los disfraces, que son los segmentos en los que crece la inversión de los estadounidenses. Compran cada vez disfraces más cuidados que queden bien en redes sociales y se hacen con golosinas en grandes cantidades para no quedarse sin stock durante las fiestas. La preocupación creciente por cuestiones de salud ha hecho, además, que la gran ganadora de Halloween sea la oferta de golosinas de aires sanos: quienes se venden como libres de azúcar o de origen y fabricación natural harán su agosto y los consumidores apostarán por las golosinas de gama alta.

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