
Cómo convertir el showrooming en una oportunidad para nuestro negocio
El showrooming es uno de los motivos que más dolores de cabeza despierta a los responsables de tiendas físicas. Los consumidores acuden a sus establecimientos, echan un vistazo para saber qué se podrán encontrar y cómo son (o cómo le sientan) los productos y luego cogen la referencia y lo compran online. La tienda debe afrontar esa avalancha de consumidores, tiene que asumir el gasto de estar operativa (y los gastos van desde la luz que ilumina las tiendas hasta el personal que las atiende) y luego pierde el principal beneficio de todo este esfuerzo. La venta se la lleva otro.
Las fechas de grandes picos de consumo son, además, períodos calientes para el showrooming. Un estudio de Tecmark acaba de demostrar, de hecho, que durante la campaña de Navidad se ha duplicado el showrooming y se han alcanzado niveles que superan las cifras medias de 2014. ¿Deben, por tanto, entregarse las marcas al temor y sentirse amenazadas por este boom de los visitantes que solo acuden para ver lo que luego comprarán en otro sitio?
En realidad, el pánico nunca ayuda, sobre todo si se tiene en cuenta que el showrooming puede verse también como una oportunidad para las tiendas y compañías que son, de entrada, sus víctimas. Solo tienen que dar la vuelta a la tortilla. Los consumidores quieren ver esos productos, aunque de entrada no quieran comprárselos. Así pues, ¿por qué no convertir esa realidad en una oportunidad de venta? ¿Por qué no aprovechar los elevados flujos de visitantes para hacer de un problema una oportunidad de negocio?
Atacar donde más duele
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