
Por Redacción - 26 Febrero 2015
A los millennials no les gusta seguir los mismos patrones de consumo que sus padres siguieron en su momento porque, en realidad, las cosas que les gustan no son las mismas que les gustaban a ellos cuando tenían su edad. Los hábitos de consumo han cambiado y los intereses también lo han hecho. Lo que los miembros de la Generación del Milenio esperan cuando van a comprar es algo muy distinto a lo que los miembros de las generaciones precedentes buscaban. No solo es que se trate de una generación en cierta forma idealista o que sus expectativas sobre lo que las marcas y sus productos ofrecen sean distintas, es que sus hábitos y sus estilos de vida también lo son.
Y estas modificaciones en el estilo de vida y por ende en los hábitos de consumo han supuesto también un cambio en lo que las empresas consiguen. Llegar a los millennials requiere nuevas armas y por tanto nuevos ajustes. Y en el camino hay quienes están sufriendo y pagando las consecuencias. Uno de los primeros ejemplos de empresas triunfadoras a quienes los hábitos de consumo ha puesto en jaque es la cadena de comida rápida McDonald"s. Los millennials (y los niños de hoy en día, ahondando más en la herida) esperan algo más cuando salen a comer y desean sabores gourmet y cierta garantía de calidad. Las cifras de ventas de la multinacional se han resentido ya de este cambio y la firma ha ido tomando diferentes pasos para conquistarlos.
Pero no es el único gigante que sufre y no es el único al que los analistas han encontrado síntomas de no entender a los millennials. Las grandes cadenas de retail son las últimas en sumarse a la lista de compañías en problemas por no conseguir entender a la Generación Y.
Las grandes cadenas de retail están viendo en los últimos meses como sus cifras de negocio se están resintiendo y como sus presentaciones de resultados financieros trimestrales no están cumpliendo con lo que a ellos les gustaría cumplir. En la lista de empresas sufrientes están los grandes almacenes al estilo de "toda la vida", como puede ser el caso de Macy"s, pero también firmas más orientadas al consumidor adolescente, como Abercrombie & Fitch o American Eagle, que no han cumplido con las expectativas financieras. ¿Y quién tiene la culpa de todos estos descalabros financieros? El problema, como acaba de demostrar un estudio de NPD Group, está en los millennials.
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