Por Redacción - 17 Marzo 2015
En los últimos años, muchas tiendas han ido cerrando. Los centros de las ciudades están llenos de bajos comerciales cerrados en los que los carteles de "se alquila" intentan atraer a nuevos ocupantes. Los medios de comunicación locales publican cada cierto tiempo alguna noticia en la que analizan la debacle de alguna de esas calles y los habitantes lamentan lo que está sucediendo señalando que la crisis económica ha tenido un impacto especialmente negativo en el consumo. Pero ¿ha sido solo la crisis económica la que ha empujado a todas esas tiendas a cerrar y la que ha modificado lo que triunfa y lo que no en los centros de las ciudades? ¿O detrás de este cambio hay una causa distinta o una situación un poco más compleja?
Lo cierto es que aunque la crisis económica se ha llevado la culpa de prácticamente todo lo que ha sucedido en los últimos años, la realidad es un tanto más complicada que eso. En el crecimiento de los bajos en alquiler y en el cierre de las tiendas han tenido que ver otros elementos, especialmente dos concretos. Un estudio de PricewaterhouseCoopers (PwC) ha analizado cómo han cambiado los centros de las ciudades británicas y qué ha llevado al cierre a tantos locales en los últimos tiempos. Reino Unido no es uno de los países que se pongan habitualmente como ejemplo de lo mal que van las cosas en la crisis económica, así que echarle la culpa a la recesión no es totalmente posible. Sus conclusiones sirven, por tanto, para ver más allá de lo que se señala siempre.
En los últimos tiempos, el número de tiendas que han cerrado en el centro de las ciudades británica es bastante elevado. En 2014 cerraron unas 16 tiendas de media cada día en Reino Unido, una cifra que triplica a los números de 2013 (y teniendo en cuenta que 2013 fue un año peor desde el punto de vista de la crisis económica que 2014 no se puede reducir la explicación de qué sucede a esa realidad). Las tiendas de ropa y las de zapatos son las que más han acusado el impacto, pero los cierres han tocado muchos otros sectores.
¿Cuáles son las razones de este apagón comercial?
La primera causa, explica el informe, es un cambio en los patrones de consumo. El centro de las ciudades se está cada vez orientando más al ocio, señala el informe, lo que modifica también su aspecto y sus, por así decirlo, contenidos. De hecho, el informe señala que mientras zapaterías y tiendas de ropa cerraban los restaurantes y bares no se veían afectados y crecían en presencia. Tanto en Reino Unido como en Estados Unidos, los restaurantes crecieron en un 20% en ese período.
Pero esta no es la única razón para este cierre: el estudio también recuerda que las nuevas tecnologías están cambiando el consumo. Los smartphones y el internet móvil han convertido a los consumidores en personas siempre conectadas y han modificado el cómo se enfrentan al entorno y lo que hacen.
"El futuro puede ser visto observando a los nativos digitales en el trabajo y en ocio", explica Mark Hudson, analista de PwC, "aquellos que han crecido con las compras online, los teléfonos móviles y la banda ancha ubicua tienen una relación muy diferente con las calles principales que la que tenían las generaciones anteriores". Los consumidores ya no salen simplemente a pasear y ver tiendas, como en el pasado, sino que ahora están acompañados por un dispositivo siempre conectado a internet que ha hecho que la experiencia sea diferente. Si las tiendas ya han empezado a acusar el comportamiento del consumidor siempre conectado dentro de sus espacios, ¿qué no sucederá en realidad fuera de las tiendas cuando los consumidores tienen aún menos estímulos concretos para separarse de sus dispositivos?
Cambio consumo y renovación obligada
El estudio empuja por tanto a entender el presente de una forma mucho más compleja que lo que se estaba haciendo. No se puede reducir todo el problema a la simple crisis económica y hay que tener en cuenta los demás factores. En resumen: los hábitos de consumo y los propios consumidores han cambiado y no se puede esperar seguir consiguiendo convencerlos de que compren y de que recorran las calles principales de las ciudades consumiendo con los mismos reclamos de siempre-
"Más que intentar recrear el pasado, las calles principales necesitan evolucionar para ser relevantes en el futuro", recuerda Hudson.
¿A qué está obligadas por tanto las ciudades? A las ciudades no les queda más remedio que reinventarse. Tienen que esforzarse por entender a estos nuevos consumidores y por no mantenerse de espaldas a la red. Si los consumidores de hoy en día están todo el tiempo conectados, las ciudades y sobre todo las tiendas que ocupan el centro de las mismas tendrán que estarlo también. A las empresas no les quedará más remedio que ir a dónde están esos clientes e interactuar con ellos allí donde ellos quieren.