
¿Son honestas las marcas con los consumidores?
Las marcas se enfrentan a un serio problema de credibilidad ante los consumidores. Su índice de popularidad, excepto contadas excepciones, no pasa por su mejor momento. El 75% de los consumidores encuestados considera que las empresas no son abiertas y transparentes según un reciente estudio de Cohn & Wolfe.
Por si fuera poco, y atendiendo a otros parámetros del informe, las marcas tampoco salen muy bien paradas en lo que a confianza del consumidor se refiere. Sólo uno de cada cuatro entrevistados considera a las marcas dignas de confianza. Del mismo modo, sólo uno de cada cuatro piensa que las marcas puedan contribuir a hacer del mundo un lugar mejor.
Este déficit de autenticidad pone a las empresas en una posición comprometida y compleja a ojos de la sociedad. Una situación que es común en casi todos los países que forman parte del estudio y que es la consecuencia de una crisis de valores. Ante un panorama tan adverso, las marcas, haciendo de la necesidad virtud, tienen la posibilidad de convertir este desencuentro con los consumidores en una segunda oportunidad para mejorar su imagen y reputación.
¿En qué características deberían basar su reconstruida personalidad e imagen? Para ser auténticas las marcas tienen que reunir tres cualidades básicas: ser fiables, respetuosas y reales. Y dependiendo de cómo perciba el consumidor la cantidad y calidad de estos tres ingredientes la marca será considerada más o menos auténtica. Entra en escena uno de los aspectos que mayor importancia y protagonismo está cobrando en las estrategias de marketing de las compañías: la experiencia de usuario.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

