No se trata de ser alarmista ni mucho menos, pero una de las tendencias claras que tiene el mundo de hoy es la depresión sistemática de los niveles de empleo. A todo nivel.
No son pocos los amigos y conocidos que, luego de haber tenido una exitosa trayectoria corporativa, se enfrentan a la situación de encontrarse sin trabajo y en una larga, a veces tediosa e, incluso, desesperada búsqueda laboral.
Según la OIT, la tendencia en el aumento del desempleo sigue vigente en los países de la OCDE y es parte de las consecuencias del deterioro de la situación económica mundial.
Por eso, no es descabellado pensar en un plan B: esa idea de negocio que, de una u otra forma ha rondado tu cabeza... y que, tal vez, es el momento de darle forma e implementar en un emprendimiento que aporte ingresos mientras sigues en tu trabajo actual y que sea una buena cancha de aterrizaje (temporal o definitiva).
Si has considerado esto, tal vez te sirvan estos tips para comunicar y sociabilizar tu iniciativa.
Es una forma de ordenar tus ideas en forma sistemática y que, al mismo tiempo, te permitan sostener un relato que refleje la naturaleza de tu emprendimiento y los beneficios que tiene para tus clientes. Altamente recomendable empezar con modelos simples y poderosos que puedas apreciar en una sola página (Ver los modelos Canvas).
Bautizar tu negocio con un nombre es empezar hacerlo realidad en tu mente y poder comenzar tu proceso de emprendimiento. Es recomendable que el nombre tenga recordación y esté asociado de una forma lúdica (que tenga una historia que cuente algo en relación a la naturaleza de tu naciente emprendimiento.)
Si hay una inversión inicial de marketing obligada, esa es el diseño del logotipo. Documéntate sobre el impacto de los colores, de qué manera te interpretan, qué comunican. Las formas y que sea versátil para usar en tu material promocional impreso y digital. En esto último, procura que pueda verse bien en un cuadrado que es el formato de varias redes sociales para el logo. Donde primero debes aplicar tu logo es en tus tarjetas de presentación que, a pesar del poder de lo digital, siguen plenamente vigentes a la hora de hacer negocios.
Una vez que tienes claro tu modelo de negocios, el nombre y tu logotipo, es el momento de trabajar tu relato, es decir tener la capacidad de explicar en forma muy sencilla cuál es tu negocio. El relato debe tener la capacidad de encantar y adaptarse a las diferentes situaciones donde tienes que hablar sobre tu emprendimiento. Mientras más claro queda lo que haces, mejor y si eso implica una historia lúdica, aún mejor.
Tener un sitio web y una dirección de correo electrónico corporativa, le da forma a tu emprendimiento. Qué es lo óptimo? Que sea "encontrable", que tenga información precisa y que tenga un gancho para que las personas que están interesadas en tu empresa te contacten y quieran seguir sabiendo más. El sitio web moderno debe ser responsivo (para que se vea en smartphones) y muy claro y al grano.
Está claro que las redes sociales protagonizan hoy una revolución en el mundo entero, en todas las generaciones. Evalúa bien qué red social es la mejor para tu negocio y céntrate en ella, replicando en forma pasiva en las otras. Busca dónde están tus potenciales clientes y algo muy importante de comprender es que estas herramientas son muy poderosas si las usas para CONVERSAR con tus audiencias, mostrando empatía frente a lo que pueden necesitar y cómo desde tus servicios lo puedes solucionar. más allá de venderles. La lógica social privilegia la confianza de los pares, de tus seguidores y que las recomendaciones vengan de ellos.
Estos simples tips pueden acompañarte a la hora de tomar la decisión de emprender por tu cuenta. Luego puedes ir profundizando o expandiendo tus herramientas de marketing.