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Una empresa que comienza, una startup, se encuentra en la posición más delicada de su historia. Como un recién nacido, necesita mucho cuidado y atención por parte de personas que sepan lo que están haciendo y contribuyan a su despegue y crecimiento.
Muchas veces, los nuevos emprendimientos comienzan teniendo como único personal al propio emprendedor. No obstante, en la medida que el negocio crece, se requieren más y más trabajadores para poder asumir el aumento de la producción, los servicios, la venta, el Marketing, los aspectos legales y financieros y en fin, todas las labores normales dentro de una compañía.
En la medida que crecemos, vamos a necesitar delegar responsabilidades en otros profesionales de nuestra confianza. Nadie puede dominar con efectividad todas las áreas de trabajo de una startup, por lo que se necesita personal especializado en cada área que pueda manejar cada tarea con profesionalidad y seguridad.
Como dijo Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn y vicepresidente de PayPal, "No importa cuán brillante sea tu mente o estrategia, si estás jugando solo, siempre perderás ante un equipo".
Entonces, ¿cuántas personas son imprescindibles para tener un equipo que logre sacar a flote una empresa que comienza? Independientemente del tipo de empresa que sea, hay tres figuras claves que no deben faltar.
Hoy en día, los emprendedores comienzan, como promedio, a los 34 años y el 97% de ellos (la mayoría hombres) tienen un título universitario y estudios de postgrado. Pero por mucha preparación que se tenga, no hay ninguna necesidad de empezar solos, es más, conviene rodearse de un equipo eficiente desde los mismos comienzos para crear un emprendimiento sólido.
El primer y más importante elemento del equipo, es el propio emprendedor. Él es el motor impulsor de su empresa, al poner no solo la idea sino la voluntad, y muchas veces los recursos, para llevar su sueño a la realidad. Todos tenemos ideas de negocios en algún momento de nuestra vida, pues la curiosidad y la imaginación son atributos inherentes al ser humano. Pero solo aquellos que no dejan que una buena idea se diluya y la ponen en marcha pueden llamarse emprendedores.
Pero, a menos que se tenga una larga experiencia en la dirección de empresas, un emprendedor no está totalmente preparado para enfrentarse a la complejidad que representa manejar todos los aspectos relativos a su negocio. Por tanto es necesario que antes de lanzarse a emprender se tengan en cuenta muchos aspectos diversos, y la mejor manera de enfrentarse a ello es habiendo cursado un MBA online (Master in Business Administration / Master en Administración de Empresas).
Gracias a los conocimientos adquiridos en este postgrado, el emprendedor será capaz de conocer el contexto empresarial actual, cómo se opera y administra una empresa y nociones sobre temas económicos. Es también el responsable de la preparación y ejecución del plan de negocios del emprendimiento.
Y, ¿por qué un MBA online y no presencial? Aunque muchas universidades ofrecen estos estudios en sus aulas físicas, como emprendedor necesitaremos primero la libertad del curso online, para poder progresar a nuestro propio paso y no estar atado a un horario rígido. Luego está el asunto del costo: un MBA online es varias veces más barato, pues no requiere espacio físico ni recursos de la universidad donde nos matriculemos. Tampoco tendremos que pagar transporte, porque no nos moveremos de casa, ni hospedaje ni vuelos, que sí serían necesario si nos matriculáramos en una universidad extranjera.
Pero, la principal ganancia está en el tiempo. Un emprendedor debe trabajar en su empresa y dedicarle la mayor parte de su tiempo. Las clases presenciales quedan fuera de discusión, mientras que el MBA online se realiza en los ratos libres. Al fin y al cabo, la titulación y los conocimientos adquiridos son equivalentes. Además, en ambos casos se han de realizar exámenes y ejercicios prácticos para que se considere vencido el postgrado. Para la parte práctica, nada mejor que nuestra empresa, que también se beneficiará de todo lo aprendido.
En este siglo XXI, ningún emprendimiento puede subsistir si no se anuncia y promociona de forma adecuada. Si no nos damos a conocer y publicitamos nuestros productos o servicios, no vendrán clientes. Si no vienen los clientes, o estos no son motivados a adquirir nuestros productos, no habrá ventas. Sin ventas no hay dinero, y sin dinero para desarrollarse, cualquier startup se va a la ruina.
Por ello, en el equipo de ensueño de una empresa de nueva fundación tiene que haber por fuerza un especialista del Marketing Digital. ¿Por qué digital y no tradicional? La respuesta tiene mucho que ver con los avances de la tecnología.
Sin demeritar ni olvidar los métodos de Marketing tradicionales (regalos promocionales, participación en ferias y eventos, Street Marketing, concursos y rifas, descuentos,etc.), gracias a los dispositivos móviles y a Internet una empresa puede alcanzar un nivel global a un costo mínimo. Esas ventajas son aprovechadas por el marketing digital, como nueva forma para atraer e interactuar con los clientes y posibles interesados en los productos o servicios de la empresa.
A través de las redes sociales y del portal web de la empresa, el especialista en Marketing Digital genera contenido, optimiza el sitio para los buscadores, brinda información y datos a los clientes, fideliza y atrae a los interesados, desarrolla campañas de Marketing reales y virtuales, expande la presencia de la marca empresarial y recepciona a través de encuestas y comentarios todas las opiniones y quejas de los clientes.
Al final, pero no el último, se encuentra completando la triada elemental de un nuevo negocio el ingeniero. Si bien el administrador con MBA online maneja y dirige la empresa y el especialista en Marketing Digital promociona las ventas, el ingeniero es aquel que transforma la idea del emprendimiento en un producto o servicio.
Además, como director de tecnología o CTO (Chief Technology Officer), es el encargado de promover dentro del emprendimiento la investigación y desarrollo, para ampliar la cartera de productos o servicios de la empresa.
La titulación adecuada, por supuesto, será aquella que más tenga que ver con la idea original. No obstante, y aunque el nuevo negocio no tenga una relación directa con Internet y las nuevas tecnologías, se prefiere que el ingeniero sea hábil en la programación de sitios web. De esta forma, el especialista en Marketing puede contar con una plataforma para realizar su trabajo.
Si el negocio no depende demasiado de la actualización y renovación del portal web, la realización de este puede ser contratada en outsourcing.
La lista de puestos a llenar en una empresa, según esta va creciendo, es mucho más larga. En el paso siguiente se debe contratar a un diseñador, puesto que a pesar del poder de uso y utilidad de nuestros productos y servicios, la decisión de compra del cliente se basa, en gran medida, en la estética. Este empleado, además, es el encargado de desarrollar la marca y el manual de identidad empresarial.
Jefe de Recursos Humanos, Asesor Jurídico, Especialista en Contaduría y Finanzas? Muchos elementos se van haciendo necesarios a medida que avanzamos.
En conclusión, cuando una empresa nace, la idea de emprender surge, en muchas ocasiones, de una sola persona. Sin embargo, se necesita a todo un equipo de profesionales en los que delegar responsabilidades para que esa idea pueda coger forma y convertirse en un modelo de negocio.
En la medida en que crezca la empresa, se necesitará incorporar nuevos profesionales de confianza, pero, en una primera etapa, con un administrador, como motor de la empresa, un vendedor, que publicita los productos y servicios, y un desarrollador, que materializa la idea, se puede comenzar una Startup con una ventaja considerable.
