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Cuando creas una empresa, si lo haces bien y con sentido de permanencia y trascendencia, es seguro que lo primero que definirás, implícita o
explícitamente, será su propósito.
No quiero con esto decir que sea ley de vida o esté escrito en piedra, sin embargo, es lo que suele suceder desde el comienzo de los tiempos. El tema
es que cuando pensamos en lanzarnos a la aventura empresarial, frente a diferentes opciones, antes de preguntarnos para qué" lo haremos -misión, nos
preguntamos "por qué" lo haremos -propósito.
El por qué nos guía, el para qué nos impulsa
Lo interesante es que, por diferentes razones, el tema ha vuelto a las agendas de los altos directivos .
Ahora bien, cuando estás en los inicios de la empresa, esto de pensar, definir y actuar acorde a un propósito es bastante sencillo -que no simple.
El tema es cuando la empresa ya tiene sus años. Como nos pasa a nosotros, se tiene la sensación de que en algún momento has pasado a formar parte del
"Lado Oscuro de la Fuerza". Si quieres puedes quedarte, sino puedes sentir la necesidad de comenzar a transitar la vía en que la Fuerza te acompañe.
Lo cierto es que con el tiempo ocurren dos cosas en paralelo:
Por diferentes razones -incluyendo que una nueva generación se haga cargo de la compañía, si el propósito no se ha explicitado, puede ocurrir que
se comience a diluir y sólo se piense en términos de misión -para qué, y visión -hacia dónde. No está mal, pero se queda en la superficie. Incluso
puede llegar a generar efectos no deseados
El mundo cambia y eso obliga a que dichos propósitos evolucionen. Sin llegar a cambiarlos, es darle mayores y mejores contenidos. A modo de
ejemplo:
Podríamos suponer que el propósito de Greenpeace es dar soluciones y promover el debate sobre las opciones medioambientales de la sociedad
En los 90" este propósito hacía que una amplia mayoría los viese como personajes peligrosos y antisociales, a principios de este siglo como
activistas -en su aceptación más tradicional, y ahora se los reconoce como jugadores clave en la mejora medioambiental
Al igual que con sus valores, el propósito es el mismo, sin embargo, sus contenidos han evolucionado en el tiempo. Lo mismo ha ocurrido con
nuestras demandas haciendo que el proceso de adaptación sea mutuo
Para comenzar, cinco claves -puede que después haya más
Recrear un propósito no sólo es un tema que parte de la empresa hacia sus audiencias externas, sino también el resultado de entender exigencias
externas que impulsan la evolución del "por qué" de la existencia de la empresa.
Las claves se pueden sintetizar en:
Asimilar lo que ocurre a nuestro alrededor
Entender el punto de partida
Explicitar un propósito recreado
Diseñar una hoja de ruta para su puesta en escena
Llevar el propósito a la vida
1. Asimilar lo que ocurre a nuestro alrededor
Cuando hablamos del contexto actual, uno de los grandes "tópicos" que surge son los Millennials. Digo tópico porque, bajo patrones tradicionales se los
suele describir y se los generaliza como la generación que posee la más alta formación en la historia de la humanidad, sin embargo también se los
etiqueta como mal criados, hedonistas, vagos y perezosos, entre otras cosas.
Los Millennials han nacido en un estado de prosperidad que, de momento, difícilmente alcanzarán nuevamente.
Los Millennials -y con mayor peso que los tópicos antes señalados, poseen ciertas características que comienzan a ser atractivas para otras
generaciones, tanto a los más jóvenes como aspiracional, como a los mayores que encuentran una forma de ser superadora a la que ellos han desarrollado
en sus vidas. Dichas características generan un efecto contagio que se propaga y crece, y que se pueden resumir en que poseen sentido de pertenencia,
saben conectar, son pragmáticos, realistas, conscientes, responsables, exigentes y por sobre todas las cosas, catalizadores de cambios.
Esta generación nos deja ciertos aprendizajes que tenemos que analizar, entender y dar una respuesta desde cada una de nuestras compañías para ver
nuestro encaje en el mundo que viene. El primer paso es responder a:
¿Cómo afecta a mi empresa la tendencia sobre consumo responsable y la aceptación de que no se puede crecer indefinidamente? ¿Debo ampliar y/o
recrear mi modelo de negocio?
¿Tengo conciencia de que las diferentes exigencias de la sociedad -desde mis conductas a mis productos, están a sólo un golpe de clic? ¿Cómo
diferenciarme, como mostrar lo que soy y hago, como responder a las nuevas demandas??
¿Entiendo que mis audiencias se asocian intuitivamente a mi empresa porque comparten valores y son un grupo biográficamente único? ¿Qué son algo
así como micro-segmentos que debo conocer y con los que debo conversar, y que van más allá de decir que puedan ser Millennials -u otra generación,
hombres o mujeres de cierta edad, estrato económico e incluso psicografía específica?
Estamos en un mundo turbulento, incierto, complejo y ambiguo donde las nuevas generaciones son las que establecen nuevas demandas que habrá que
responder para poder hacer negocios. A tal punto a llegado esto que se comienzan a ver inversores que, adicionalmente a los resultados económicos,
comienzan a seleccionar y recomendar empresas conscientes de las necesidades sociales y medioambientales.
2. Entender el punto de partida
Al principio de este post ya se mostraba una primera gran división, los nuevos emprendimientos que nacen con un propósito y las empresas que luego de
varios años han dejado "algo" olvidado dicho propósito.
Ahora bien, independientemente de esta situación, algunas empresas están -por diferentes razones, más abocadas a lo comercial y otras más a velar por
los que se conoce como las "3Ps" -people, planet & profits (personas, planeta y resultados económicos).
Las compañías tienen por delante un camino a recorrer:
Las de nueva creación parten de un propósito
Las que necesitan recrearlo incluso pueden partir sólo de su modelo de negocio, sin contar con elementos que los hagan diferentes y/o que sirvan
para construir valor a largo plazo
En términos de marca que debe acompañar y sintetizar esta evolución, se observan que las compañías pueden estar en diferentes estadios y que cada una
requiere dar respuesta a distintos tipos de requerimientos, y por ende, desarrollar acciones diseñadas a la medida de cada situación particular.
Entender el punto de partida permite saber dónde comienza el viaje y cuan largo será.
En términos de negocio, a nivel estratégico, el propósito es la variable independiente de mayor nivel que guía todo su accionar.
Así definido, el propósito hace de paraguas de la misión, visión, cultura y posicionamiento, e incluye las acciones de RSC y medioambiente en el
negocio más allá de una serie de indicadores que cada día son más cuestionados. ¡No es sólo decirlo, es construirlo y vivirlo!
El último punto dentro de esta tercera clave es validar el propósito asegurando su alineación con definiciones actuales de misión, visión y
posicionamiento. Esto conlleva el doble juego de ajuste en el cual, si bien el propósito tendrá derecho de precedencia, tanto éste como el resto de
definiciones estratégicas deberán ajustarse entre ellas y mostrar coherencia interna. Fundamentalmente, este es un trabajo de la "mesa chica" de la
Alta Dirección.
4. Diseñar una hoja de ruta para su puesta en escena
En la construcción de la hoja de ruta lo que importan son los hitos más allá del camino que se desee seguir. Esto es así porque el proceso es de
mediano/largo aliento y lo que hoy puede ser el camino adecuado, puede que el año que viene necesite ser ajustado. De ahí que el modelo que esté detrás
de esto responda al ABCDE -Anticipación, Búsqueda, Creación, Destilación y Ejecución.
El objetivo que persigue la construcción de este plan director -un buen nombre si se le quiere dar mayor entidad, es lograr relacionar las diferentes
actividades que desarrolla la organización y que dan respuesta al propósito -de la misma forma, eliminar acciones que no encuentran justificación
adecuada. Esto implica:
Definir los eventos clave que marcarán la evolución del plan director
Definir las políticas de satisfacción y medición, y las metas perseguidas en el plan
Finalmente -y sé que dirás que esto es una obviedad, llevar a la vida el propósito y que la marca termine por sintetizarlo para ser reconocido por
todas las audiencias clave necesita de un fuerte liderazgo hacia y entre las personas, con la organización y con la sociedad -y por favor, digo fuerte
no autoritario.
Las marcas con consciencia promueven una forma particular de entender al mundo y contribuir en su transformación. De esto se trata cuando
estableces un propósito.