La misión es uno de los elementos fundamentales que se desarrolla en la planeación estratégica de las organizaciones, sin embargo, son muy pocas
empresas las que logran trasladarla del papel a la vida diaria de la organización para que forme parte de su cultura. Muchas veces la misión queda como
una definición colgada en ciertas paredes de la empresa. Quizá en este momento esté pensando ¿Se vive la misión de la empresa en mi organización? Para
resolver esta pregunta sólo hay que caminar unos pasos y preguntar a algunos empleados de diferentes áreas cuál es la misión de la empresa y en qué
forma ellos contribuyen con ella. Las respuestas que obtenga pueden ser reveladoras.
Cuando una misión es comprendida y aceptada por toda la organización, hay un sentido de unidad sobre el propósito, la razón de existir de la empresa y
la razón de ir a trabajar día a día. En la mente humana hay un cambio de forma de pensar entre sólo ir a trabajar frente a compartir la misión y
entregar todo su compromiso y esfuerzo por ella. La misión debe ser pensada como el motor emocional que define porqué el personal de la empresa va a
trabajar día a día, es la razón que explica la importancia del trabajo de cada empleado y porqué vale la pena el esfuerzo para realizarlo, de esta
forma se genera un vínculo emocional que adecuadamente canalizado puede superar los límites de la organización y trascender a los clientes y la
sociedad, inspirando a todos aquellos que tienen los mismos ideales.
El marketing 3.0 enfatiza el trabajo de la oferta de valor en torno a valores e inspirar y transformar el mundo en un mejor lugar para vivir a través
de la organización; según la definición de Simon Sinek, en su definición del círculo dorado este enfoque tiene que ver con la forma en que está
diseñado el cerebro de las personas para la toma de decisiones y su enfoque principal es llegar al porqué de las personas para generar compromiso.
Desde la perspectiva de organizaciones exponenciales, el inicio de la aventura comienza con un "Propósito transformador masivo" (MTP Massive
Transformative Purpose). Si quieres saber qué es una organización exponencial, puedes ir a este link. En todos estos casos la misión de vuelve el pilar de inspiración para la operación de la empresa.
Cómo desarrollar una misión y qué pasos seguir para que sea parte del día a día de la organización:
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Una misión corta y concisa: Primero es necesario repensar la forma en que está definida la misión de la empresa. Existen empresas
que tienen misiones largas y con muchos elementos, pero en este caso, la frase menos es más, es correcta. La misión debe ser corta, tan corta para
que toda la organización pueda aprenderla y entenderla. Hay que realizar una sesión de trabajo donde se pueda establecer la misión en pocas
palabras y que represente la esencia de la razón de existir de la empresa. Como ejemplo, Google definió su misión como: "organizar la información
del mundo y hacerla universalmente accesible y útil". Es lo suficientemente corta y concisa para que todo el mundo lo entienda e incluso lo
comparta.
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Una misión inspiradora: La misión de la empresa también debe ser suficientemente retadora e inspiradora que permita enfocar la
razón de existir en algo realmente importante. Volviendo al caso de google, definir una misión de ese tipo cuando recién aparecía el internet 1.0
era un reto importante y además inspiraba para hacer del mundo un mejor lugar donde todos puedan acceder a la información. Todas las personas que
creen en lo mismo entregarán su sangre sudor y lágrimas por ese propósito superando cualquier obstáculo.
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Una misión amplia: La misión de la empresa no debe tener unos límites cerrados, sino que debe ser amplia, de tal forma que permita
la libertad de innovar y desarrollar nuevas cosas. Si la misión de Google hubiera sido: "organizar la información desde un buscador" no se habría
desarrollado Google Maps, no habrían adquirido Youtube y tampoco existiría Android. Definir una misión amplia permite tener libertad para ver
nuevos elementos que permitan cumplir la misión.
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Una misión centrada en los beneficios y el cliente: Alguna misiones se enfocan en decir lo que ofrece la empresa, sus productos o
lo realiza internamente, sin embargo, la misión debe ser descrita desde la perspectiva del cliente y de los beneficios que genera. Y para
plantearlo puede preguntarse lo siguiente ¿Qué es lo que se logra mi oferta de valor? ¿Qué beneficios genera?
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Una misión compartida y difundida: La única forma de que una misión forme parte del día a día es que sea compartida y difundida en
todos los niveles, incluyendo todas las razones e historias del porqué se tiene esa misión y cómo se cumple con ella día a día. La misión debe
explicar la oferta de valor y debe formar parte de la comunicación de la empresa. Es necesario que internamente todos los empleados comprendan
porqué es importante el trabajo que desempeñan y cómo contribuyen a esta misión. De igual forma en la selección e inducción de nuevo personal debe
considerarse la misión como elemento de entrada.
Enfocar adecuadamente la misión y comunicarla de manera correcta focaliza la razón del trabajo y permite mayor compromiso. Es hora de pensar si la
misión de la organización se vive en el día a día del trabajo y en la comunicación. Si no es así, entonces debemos emprender los ajustes necesarios
para empezar a hacerlo.