Por Redacción - 18 Octubre 2018
El CMO es, como máximo responsable de marketing, una parte fundamental de la estrategia de las empresas. Su papel es determinante y su peso en lo que se hace y en cómo se hace es decisivo. Que logre realizar con éxito su trabajo, impacta directamente en cómo se sitúa la empresa y en cómo llega a sus consumidores. Por tanto, es muy importante que el CMO (chief marketing officer) logre estar preparado para el futuro y que esté listo para todos los cambios y transformaciones digitales a las que tendrá que enfrentarse en los próximos años y a las que ya se está enfrentando ahora mismo.
Si a eso se suma que el papel del CMO es crucial en cada vez más terrenos, se puede comprender por qué su preparación es tan importante. Según un estudio, por ejemplo, el CMO es quien lidera la transformación digital de las empresas en un 34% de las ocasiones. Esto los somete además a muchísima presión, ya que sus jefes esperan muchas veces demasiado de ellos.
Pero ¿cómo debe actuar el CMO? ¿Cómo debe prepararse para los cambios? Eso es lo que se preguntan en una columna en Forbes, en la que han perfilado cuáles deben ser los elementos que un CMO tiene que preparar para conectar con el futuro y para estar preparado para la transformación de sus empresas.
Este es el punto más importante de todos, el elemento clave de lo que tiene que hacer un CMO para prepararse para el futuro. De hecho, en el análisis ya dejan claro que si hubiese que resumir en un único punto qué debe hacer un máximo responsable de marketing para blindarse para el mañana este sería el punto que debería aparecer.
El consumidor tiene que estar en el centro de la estrategia y tiene que ser el elemento crucial al que se intenta conectar y dar buen servicio. Lo que la empresa hace tiene que tener un impacto positivo en las necesidades de los consumidores y en sus experiencias.
O lo que es lo mismo: los datos no solo sirven para conocer al consumidor, sino también para comprobar qué resultados se están logrando. Los datos y la analítica deben emplearse, por tanto, en todos los puntos de la estrategia de marketing, como también deben usarse los nuevos elementos que se añaden a las herramientas disponibles para los marketeros, como es el caso de la inteligencia artificial. Todos estos elementos ayudarán a comprender qué funciona y por qué lo hace y a no dar pasos en falso.
El papel del máximo responsable de marketing es cada vez más amplio y toca cada vez más palos, porque así lo está empezando a requerir la modernidad y las necesidades de las empresas. El CMO no puede quedarse como una isla y tiene que ser capaz de colaborar con otros departamentos y participar en las decisiones que se toman en otras áreas.
Este podría ser también uno de los puntos determinantes para el futuro y uno de los decisivos cuando se analiza cómo deben ser las cosas en el trabajo del CMO. El máximo responsable de marketing tiene que estar abierto al cambio, ser capaz de conectar con las novedades tecnológicas y seguir el ritmo de sus actualizaciones. Tiene que estar abierto y ser receptivo, porque no puede permitirse no serlo. Quedarse en lo que es ya cómodo o lo que le ha funcionado hasta el momento solo lo podrá en una posición de riesgo.
A pesar de que siempre se habla de tecnología y de cambio cuando se habla del futuro y de la transformación digital que impone, lo cierto es que algunas cuestiones clásicas no deben perderse.
El CMO tiene que seguir siendo creativo y sigue necesitando ser capaz de pensar más allá de su entorno inmediato y de su zona de confort. Su papel es crucial para generar ingresos para la empresa y para conectar con los consumidores, por lo que tiene que ser capaz de estar siempre generando nuevas oportunidades y oportunidades que conecten con los consumidores de un modo diferente. Para ello no queda más remedio que jugar con el potencial del pensamiento creativo.
No solo tiene que ser capaz de comunicar bien a los consumidores y al exterior, sino que tiene que ser capaz de comunicar también bien desde dentro. La comunicación interna es cada vez más importante, porque para mantener los estándares que esperan los consumidores es cada vez más determinante que se esté en línea dentro de la empresa con ello, que se haya creado el clima propicio.
Para estar preparado para el futuro, hay que ser capaz de ver hacia dónde irá ese futuro. Eso implica, al final, ser capaz de trabajar para ello y se capaz de adelantarse a las cosas que van a ocurrir. El CMO tiene que ser un futurista, un experto capaz de ver hacia dónde van las cosas y adelantarse a ellas. No solo puede pensar en el presente o en el futuro inmediato, sino que tiene que ser capaz de ir mucho más allá y pensar en cómo les afectarán las cosas en un futuro más lejano.
Y, además, es capaz de no hacer que todo acabe cayendo en medio de una brutal burocracia, que todo funcione lentamente porque lo ha complicado demasiado o que su equipo no sea capaz de seguir el ritmo. El CMO es capaz de mantener las cosas de un modo sencillo y simple.