
Golpe de la Unión Europea contra la obsolescencia programada
Por Redacción - 2 Octubre 2019
Usar y tirar, esa ha sido durante muchos años una de las ideas básicas que han sostenido el consumo. Compramos algo porque nos gusta o lo necesitamos y cuando ya no nos sigue sirviendo - por la razón que sea - nos deshacemos de él y nos hacemos con otro.
Es lo que sostiene a la industria de la fast fashion, en la que los consumidores se hacen una y otra vez con nuevas colecciones para cumplir con sus gustos y los dictados de la moda; de los smartphones y productos tecnológicos, que van siendo superados una y otra vez por los nuevos lanzamientos o que empiezan a funcionar peor a lo largo de los años; o de los electrodomésticos, que tienen lo que parece una esperada fecha de defunción.
Pero este ciclo infinito de consumo podría tener los días contados. Los consumidores son más conscientes de lo nocivo que supone en términos medioambientales y económicos (y en este punto la recesión tuvo mucho que ver) y las autoridades son cada vez más duras contra estas prácticas. El último cambio normativo en este terreno ha llegado desde la Unión Europea.
La nueva normativa europea busca que los electrodomésticos sean más sostenibles. En la nota de prensa de presentación hablan de hecho del esfuerzo por reducir la huella de carbono y las facturas eléctricas de los consumidores. A partir de ahora, las compañías están obligadas a seguir ciertas pautas de ecodiseño. Los productos tendrán que ser mucho más sostenibles y estar más preparados para la economía circular.
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