Por Redacción - 18 Diciembre 2019
¿Qué es lo que traerá el futuro a las marcas y a las empresas? A medida que se acerca 2020, las firmas de análisis hacen balance de qué cambiará el futuro y qué cambios han marcado las agendas en los últimos meses y seguirán haciéndolo en el futuro inmediato.
Uno de los últimos ha sido el de Morning Consult, que ha analizado qué tendencias se han convertido en emergentes y cuáles marcarán el futuro inmediato de las empresas. Las marcas tendrán que trabajar en ellas, para adecuarse a los nuevos tiempos y para responder a las expectativas de los consumidores.
Como explican en el análisis de Morning Consult, ya se han realizado algunas pruebas en este terreno y en medios convencionales.
NBCUniversal, el gigante de la televisión estadounidense, lo probó durante una emisión de su matutino Today con un anuncio de Lacoste vinculado a Walmart y a una competición de tenis. En Corea, LG está probando a emplear la realidad aumentada con objetivos similares. En general, las marcas y los soportes publicitarios están mostrando interés por este tipo de formatos.
El shopvertising, anuncios que llevan directamente a la compra, permiten tener una conversión mucho más directa.
En el análisis de Morning Consult parten desde el mercado estadounidense y desde lo que ocurrirá en él durante 2020. Al fin y al cabo, será el año de las elecciones presidenciales y por tanto un período de elevada carga política.
Sin embargo, sus previsiones se pueden aplicar a muchos más mercados porque la idea de la "marca con principios" se ha convertido en una especie de constante recurrente, en algo que está marcando la agenda en todas partes y de un modo mucho más transversal.
Los consumidores jóvenes son cada vez más vocales en términos políticos y esperan de las marcas una mayor transparencia y claridad en qué piensan y qué defienden.
Así define un directivo (Brian Rafferty, director global de business analytics e insights en la agencia Siegel+Gale) lo que se avecina. Las normativas de protección de datos (la europea ya en vigor y la de California) limitan el acceso de las marcas a los datos y el uso de la información.
De poder saberlo todo y de modo muy sencillo, las marcas pasarán a tener que trabajar con una cantidad mucho más limitada de datos y de información. Todo será más complicado y, posiblemente, hará que se vuelva a mirar con atención a los modelos de investigación de mercado tradicionales.
Muchas son las previsiones que tocan este punto y que señalan que las cosas van a cambiar en el mercado de los influencers. En la previsión de Morning Consult, señalan, partiendo de lo que dicen voces de esa industria, que el futuro separará de forma mucho más clara a los influencers (y a las agencias que los gestionan) profesionales y a los perfiles más amateur o que intentan hacer caja aprovechando las cosas. El mercado ha entrado en la edad adulta.
A eso hay que sumar que ya no se podrá seguir pensando en que los influencers son patrimonio de Instagram. Además de en YouTube, donde las marcas ya tienen bastante claro su potencial, empezarán a posicionarse otras plataformas, como TikTok.
Hace unos días, un tuit de la cuenta estadounidense de Netflix se hizo viral. Preguntaba qué era lo que "se podría decir durante el sexo pero también cuando gestionas una cuenta en Twitter de una marca". Las respuestas a su pregunta llegaban no de sus seguidores sino de otras muchas marcas, que lograron engagement e impacto de forma indirecta. Algunas de las respuestas fueron de hecho celebradas por los tuiteros como ejemplo de habilidad y humor.
El tuit no era más que un ejemplo de una tendencia emergente y que no solo se verá en tuits y comentarios (la actriz del famoso - para mal - anuncio de Peloton protagonizó después otro de otra marca, que jugaba con el contexto) y ya ha protagonizado algunos virales llamativos en Estados Unidos (por ejemplo, la guerra de los bocadillos que enfrentó a Chick-fil-A y a Popeyes).
Los expertos creen que este tipo de mensajes serán la tónica en el futuro inmediato, porque con ello las marcas logran dar una versión más humana de lo que son y logran capturar mejor la atención del consumidor. Por supuesto, también logran mejores datos de ventas (como ocurrió en la guerra de los bocadillos).